miércoles, 9 de abril de 2008

Un miércoles de deleite


Volví a verla luego de la maravillosa cena del viernes. Comimos en el restaurante de la colonia Roma donde trabaja su hermano (olvidé el nombre del lugar, lo averiguaré). Todo bien, en especial la charla. De ahí nos vinimos en taxi a mi casa, para estar juntos una hora más. Lo que parecía horizonte cerrado se volverá a abrir, de cumplirse cuatro condiciones. Lo único que cambiaría sería la fecha, ligeramente diferida. Ella sabe a lo que me refiero. El tiempo será nuestro.

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