miércoles, 21 de mayo de 2008
El dudoso esplendor de Harvey Pekar*
“La gente común es bastante compleja”.
Harvey Pekar
“American Splendor”.
Si existe un país donde abundan los personajes freaks, ese país es la llamada Unión Americana, los Estados Unidos de Norteamérica. No me refiero a freaks de la política como George W. Bush, Dick Cheney o Condoleezza Rice. Tampoco a freaks de la farándula, la música e incluso la cultura. Esos abundan en la vecina nación del norte. Hablo de personas comunes y corrientes, gente de la calle, pueblo vil. Vamos, lo que los antiguos romanos llamaban la plebe. En ese sector, los gringos también pueden presumir de tener a una enorme cantidad de freakies, de tipos raros, extraños, estrambóticos, estrafalarios, francamente disparatados y esperpénticos, en el sentido más valleinclanesco del término. La mayoría de estos especímenes vaga por los barrios de las ciudades y pueblos estadounidenses y permanece hundida en el más oscuro de los anonimatos. Sin embargo, hay uno que otro freak que por azares del destino consigue trascender y volverse célebre debido a un providencial golpe de suerte. Es el caso de Harvey Pekar.
Nacido en en 1939 en los barrios bajos de Cleveland, Ohio, veintitantos años después Pekar trabajaba como gris empleado de archivo en un hospital para veteranos de la misma ciudad. Para ese entonces (1962), llevaba dos años de casado con su primera esposa, de quien se divorciaría una década más tarde. Coleccionista compulsivo de discos de jazz y de comics, durante una venta de garage en su vecindario conoció a Robert Crumb, el genial dibujante e historietista, quien por ese entonces trabajaba como ilustrador de tarjetas de felicitación y apenas hacía sus pininos en la actividad que lo haría mundialmente célebre. Pekar y Crumb se hicieron muy amigos, hasta que este último se mudó a San Francisco en 1967, para convertirse en icono de la contracultura sesentera con sus famosos Zap Comix. Sin embargo, el creador del Gato Fritz solía regresar a Cleveland muy seguido (su esposa era nativa de la ciudad) y se reunía con Harvey, quien al ver el éxito de su camarada, un día de 1975 le mostró algunos textos que había escrito sobre su propia y monótona vida cotidiana. A Crumb le encantaron, por su sarcasmo casi naïve, y le propuso ilustrarlos. Fue así como nació el exitosísimo comic subterráneo American Splendor.
A lo largo de cinco años, los pocos números que salieron de la historieta tuvieron una gran acogida y más tarde, ademas de Crumb, otros varios dibujantes se sumaron al equipo, entre ellos artistas notables como Jim Woodring y Chester Brown.
A mediados de los ochenta, una joven de Delaware, de nombre Joyce Brabner, quien trabajaba en una tienda de comics, le escribió a Harvey Pekar para ver si podía conseguirle un ejemplar del número ocho de American Splendor. Solitarios y necesitados de compañía (ambos acababan de divorciarse, Pekar de su segunda esposa), simpatizaron y decidieron verse. Ella se trasladó a Cleveland y de inmediato conoció la caótica existencia del escritor. La casa donde éste vivía era un desbarajuste absoluto, un lugar desordenado y lleno de basura (“Iba a limpiar, ¿mas para qué darte una falsa impresión de mí?”, fue lo primero que él le dijo apenas ella puso un pie en el lugar. Así y todo, ese mismo día ella le propuso que se casaran. “¿No te importa vivir en Cleveland?”, le preguntó Harvey. “No, para mí todas las ciudades estadounidenses son igual de deprimentes”, le respondió Joyce. Contrajeron matrimonio apenas una semana después, a pesar de que él le advirtió que se había hecho la vasectomía.
La relación fue muy difícil. Ella era depresiva e hipocondriaca; él, neurótico y obsesivo. La mujer no tardó en convertirse en personaje de American Splendor, en cuyas páginas el autor no la trataba muy bien que digamos. Pero el comic siguió siendo un éxito. Pekar fue invitado al late show de David Letterman y su agresividad gustó tanto que fue contratado como patiño del conductor, hasta que un año después fue echado del programa…, por agresivo.
En 2003, la vida de Harvey Pekar pasó de la historieta al cine, con la filmación de la peculiar cinta American Splendor, en la que el actor Paul Giamatti interpreta a Pekar. Luego, la propia película dio pie a un nuevo título del comic: "Our Movie Year". Poco antes, Harvey había tenido que luchar contra un linfoma (grave padecimiento trasladado al arte gráfico como "Our Cancer Year").
Hoy día, a sus casi setenta años, Harvey Pekar sigue escribiendo American Splendor, es un leído crítico de jazz y habita en Cleveland Heights, al lado de su esposa Joyce y su hija adoptiva Danielle. Es una de las pocas personas en el mundo que puede decir que ha vivido los últimos treinta años de su existencia en las páginas de un comic.
*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario. Lo escribí yo, claro.
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3 comentarios:
... qué tal chuck palaniuk? otro buen ejemplo de freak :P
Esa película es de mis favoritas, una de las primeras que integraron mi colección de DVD. Me pregunto qué habría sido de gente como Seinfeld sin Harvey Pekar.
Muy bueno... Demuestra que a aquellos que calificamos de insulsos en realidad nos están engañando.
Saludos.
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