Día incomún, insólito, inesperado después de los inmediatamente anteriores: día sin broncas interpersonales. Cinco horas en el Louvre y vimos si acaso la mitad. Pero valió mucho la pena, sobre todo en las salas de cultura egipcia (los sarcófagos, las esfinges, las estatuillas zoomorfas -gatos, cocodrilos, halcones, papiones sagrados-, los papiros), medieval (miniaturas increíbles, la espada de Carlomagno) y de pintura italiana. Vimos las tres obras obligadas: la Mona Lisa, la Venus de Milo y la Victoria de Samotracia. Cuando contemplábamos embelesados algunas esculturas italianas (Miguel Ángel hacía acto de presencia), el sonido local pidió el desalojo del museo sin especificar razones. Paulina se asustó y quiso salir de inmediato, Yo traté de calmarla y fue el único momento, digamos, de ligera desavenencia. Pronto vimos que se había tratado de una falsa alarma y se nos dijo que todo estaba en orden, por lo que seguimos nuestro recorrido por el gigantesco palacio e incluso ella me tomó una foto bajo el cuadro de Napoleón III (ver). Salimos a las cinco de la tarde. Larga caminata por la rive gauche del Sena para mirar los puestos de libros viejos y recuerdos. Comimos un hot dog francés (en realidad es una baguette con salchicha y queso fundido, buenísima), sentados en la explanada del Centro George Pompidou. Era otra Paulina, la misma que conocí desde el año pasado; nada que ver con la de ayer en la trattoria. Había que disfrutar el momento.
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Ya en la noche, nos lanzamos hasta el metro Pasteur (línea 12), cerca de Montparnasse, en donde nos vimos con mi sobrina María Fernanda, su esposo Jean Marie y su pequeña hija Mathilde (ver foto). Nos llevaron a un restaurante cercano, de comida típica francesa, llamado Les Artistes. Fue una velada absolutamente disfrutable. El calor y simpatía de nuestros anfitriones fueron perfectos. La comida muy rica. El vino y la cerveza, deliciosos. Al final, nos dieron un aventón hasta nuestro hotel ¡y no hubo discusión antes de dormir! Ah, si todos los días del viaje hubieran sido como éste...
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