lunes, 29 de septiembre de 2008

París


No, no voy a volver a hablar de mi reciente viaje a la capital francesa ni a hartarlos con más detalles del mismo. Lo que quiero es escribir algo sobre la película que fui a ver ayer por la tarde en el Cinépolis Diana. París (2008) se llama la cinta, dirigida por el realizador galo Cedrik Klapisch. Forma parte del ciclo de cine francés que se presenta en varios cines del DF y es una maravilla. Varias historias se entretejen, un poco a la manera de Robert Altman (de quien acabo de ver, en DVD, la magnífica The Company de 2003), pero la verdadera protagonista es la grande y luminosa y colorida ciudad. Aunque hay una historia principal (la de un hombre treintañero que sufre una enfermedad cardiaca que hace urgente que le trasplanten el corazón), las otras no dejan de ser importantes (sobre todo la del profesor de historia de La Sorbona que se enamora de una alumna espectacular, interpretada por la divina Mélanie Laurent). La actuación de una muy bella (a sus cuarenta años ya) Juliette Binoche, como la hermana divorciada y con tres hijos del hombre enfermo, no hace sino reforzar la calidad y belleza del filme. No puedo negar que me sentí conmovido por París. A escasos días de haber estado allá, ver tan pronto su majestuosidad en la pantalla me trajo mil recuerdos -buenos y malos- en cascada y por momentos hizo que se me formara un nudo en la garganta. Sutil, delicada, tersa, con un sentido del humor finísimamente negro aun en los momentos trágicos, París es una peli altamente recomendable (como lo es Paris, je t'aime que me acabo de conseguir) y disfrutable. Si la pueden ver, no se la pierdan.

Fui a ver la película porque ayer mismo en la mañana me la recomendó mi hermana Myrna. También me dijo que el actor principal (Romain Duris) era muy parecido en lo físico a mi hijo Alain. No jueguen, son casi idénticos. Eso hizo que me metiera más en la trama.

Fui al Cinépolis Diana con mi amigo Eduardo Limón. Hacía literalmente años que no iba al cine acompañado de un hombre. Me sentí medio gay, ja.

Hoy lunes, por la tarde, acudí a las oficinas de Milenio. Me dio harto gusto saludar entre otros cuates a Claudia Amador, Carlos Marín, Tacho, Óscar Jiménez, Juan Alberto Vázquez, Rafael Tonatiuh, Vero Maza, Jairo Calixto Albarrán, José Luis Martínez y hasta Xavier Velasco, con quien me topé ahí. De hecho, José Luis (director del suplemento cultural Laberinto) me dio un aventón de regreso a la Nápoles.

Ya por la noche, vino a visitarme M. Maravillosa como siempre. Un aliviane verla. Hablamos de mi viaje, del que ella está a punto de realizar y de muchas cosas más. Sin duda sigue siendo una de las mujeres fundamentales de mi vida y creo que yo soy alguien muy importante en la suya. La adoro con toda mi alma y sé que ella comparte el sentimiento. Nuestra amistad es de esas que duran para siempre. Amo a M.

2 comentarios:

Sonic Reducer dijo...

Te hago una observación que una vez hallé en terapia: Me sentía jodídisimo, con un miedo y una desolacíón similar a las que conocimos a los 16 años. Entonces la terapeuta me hizo ver algo: "Hoy tienes 42 años, no 16. Date cuenta de que hoy cuentas con más varidos y eficientes recursos que cuando tenías 16. Pon entonces en juego toda la experiencia que has adquirido. Date cuenta que ya no eres aquel chavito de 16. Ese adolescente, si tuviera tus recursos, estaría moviéndose en pos de una solución benéfica para él, para ti".

¿Cuáles son tus recursos hoy mismo, Hugo? Hasta Mamá Mosca debe tener algo que decirte.

Un abrazo.

xhabyra dijo...

Hola, gracias por la recomendación, y a levantar ese animo, me da gusto leer que saliste con un amigo, nada de malo tiene apoyarnos en ellos y es aun mucho mas satisfactorio saber que estan ahi en el momento preciso.

Saludos.