lunes, 17 de noviembre de 2008

Annie Leibovitz contra Richard Avedon


París, Francia. La Casa Europea de la Fotografía y la galería Jeu de Paume fueron las sedes de un par de exposiciones de primerísimo nivel. Annie Leibovitz y Richard Avedon, respectivamente, se encontraron durante el verano y parte del otoño en esta ciudad siempre asombrosa, siempre novedosa y a la vez siempre clásica.
La Casa Europea de la Fotografía es un recinto situado en la rive droite del río Sena, cerca del fantástico barrio de Le Marais, del Museo Picasso y de la casa de Víctor Hugo. En sus instalaciones se presentó, del 19 de junio al 14 de septiembre pasados, la muestra itinerante A Photographers Life, 1990-2005 (hoy día, la expo se presenta en la ciudad de Londres, Inglaterra). Tuve el privilegio de estar ahí justo un día antes de que se cerrara –es decir, el sábado 13 de septiembre– y pude seguir paso a paso la cronología que ofrece la instalación fotográfica, ya que aparte de muchas de las más célebres fotos de esta artista de la lente nacida en los Estados Unidos (1949, Westbury, Connecticut), exhibidas en grandes dimensiones, había dos narraciones más o menos cotidianas en las cuales literalmente se relataban –por medio de pequeñas fotos- las historias de la escritora feminista Susan Sontag, quien fuera amante de Annie, y del padre de ésta, Samuel Leibovitz, cuyas muertes, tan distintas y a la vez tan semejantes, ocurrieron muy cerca en el tiempo.

Así, mientras por un lado podían verse estupendos retratos de personajes como Patti Smith, John Lennon y Yoko Ono (la de la célebre carátula en Rolling Stone), Leonardo Di Caprio, Scarlett Johansson, Jack Nicholson, Iggy Pop, Nicole Kidman, Brad Pitt, Bruce Springsteen, los White Stripes, Demi Moore embarazada (la famosa portada de Vanity Fair) y hasta George W. Bush con todo su staff presidencial, por el otro, el intimismo de las series sobre Sontag y el señor Leibovitz provocaba al mismo tiempo pudor y simpatía, calidez y compasión ante la muerte.
También había en la exposición impactantes imágenes de la guerra en los Balcanes, en especial la fotografía de una bicicleta tirada en el asfalto, poco después de que el adolescente que la tripulaba fuera cazado por la bala de un francotirador. De igual manera, y en sentido contrario, se exhibían sencillas fotos de las hijas gemelas de la fotógrafa y de algunas comidas y reuniones familiares.

El cazador de imágenes
Mientras tanto, en la galeria Jeu de Paume, situada al extremo poniente de las Tullerías, frente a la Place de la Concorde, la exposición Richard Avedon, Photographs 1946-2004 mostraba el genio de este artista tan despreciado en su momento (se le tildaba de fotógrafo de modas) y tan reconocido posteriormente. Avedon (1923, Nueva York-2004, París) era capaz de penetrar hondamente en la psicología de sus fotografiados, a pesar de que él siempre perjuró (tal vez con aguda ironía) que su trabajo era absolutamente superficial, ya que –decía- la foto no puede mostrar sino el exterior de las cosas y las personas. Sin embargo, basta con ver sus multiples retratos, cuyo denominador común son los fondos blancos y una perfecta austeridad, para descubrir que si algo tenía su trabajo era una enorme hondura.
La exposición en el Jeu de Paume quiso abarcar los dos lados básicos de la obra de Richard Avedon, es decir, su labor como fotógrafo especializado en modas (fue portadista de revistas tan prestigiadas en ese rubro como Harper’s Bazaar, Egoiste y Vogue, cuyos estilo e imagen revolucionó, al sacar a las modelos a las calles y transformarlas de objetos en sujetos fotográficos) y, sobre todo, su quehacer como retratista casi pictórico: cada imagen de Avedon es un cuadro tan expresivo como los de los pintores renacentistas que se pueden ver en el Louvre.

Doscientas cincuenta fotografías conformaron la muestra, una cantidad más que suficiente para demostrar el genio del fotógrafo norteamericano en París, donde por cierto desarrolló una buena y muy significativa parte de su carrera, ya que la ciudad le sirvió como escenario para varias de sus fotos de modas y para morir en ella hace justo cuatro años.
Aparte de las fotografías de grandes personalidades del arte, la cultura y la política incluidas en la muestra del Jeu de Paume (Charles Chaplin en sus años maduros, los Beatles, Bob Dylan, Jean Renoir, Katharine Hepburn, Isak Dinisen, Allen Ginsberg, Henry Kissinger, George Wallace, Dwight Eisenhower, John Huston, Alfred Hitchcock, Igor Stravinsky, Samuel Beckett, Ezra Pound, Francis Bacon, Jacques-Yves Cousteau, Alberto Giacometti, Buster Keaton y, por supuesto, Marilyn Monroe), en la misma destacan por sus peculiaridades algunos trabajos. Un ejemplo es la enorme foto de Andy Warhol y los miembros de The Factory, un verdadero mural fotográfico que ocupa una pared a todo lo largo y en el cual Avedon nos pone frente a una galeria de individuos al mismo tiempo estrambóticos y sofisticados, una imagen alucinante del padre del arte pop neoyorquino y todo su crew. He ahí, en un solo retrato colectivo, la síntesis de la revolución artística y sexual de los sesenta.

Personajes en fondo blanco
El empleo de fondos blancos en sus fotografías de personalidades las convierte en personas de carne y hueso, sin importar su fama o su aura de inaccesibilidad. Avedon hizo de ese sencillo recurso todo un sello, un estilo iconográfico que nos permite penetrar en el alma de los personajes registrados por su lente. Tal vez fue por ello que el Amon Carter Museum de Fort Worth, Texas, le encargó la asombrosa e impactante serie fotográfica In the American West. El artista se adentró en el Medio Oeste de los Estados Unidos para captar los rostros de decenas de individuos de la clase trabajadora norteamericana y utilizó con ellos la misma técnica empleada con las llamadas luminarias: el fondo blanco.

Dado que carecía de las posibilidades para montar un estudio durante su viaje por Texas, Colorado, Nevada y California, Avedon se las ingenió para capturar la dualidad de sus expresivas-inexpresivas caras, al colgar una sábana blanca en la parte trasera de un camion y colocar entre ella y su cámara a los anónimos personajes que fotografió. Meseras, vagabundos, desempleados, mineros del carbon, apicultores, granjeros, cazadores de serpientes y otros integrantes de la clase más empobrecida de la Unión Americana posaron frente a su mirada escrutadora, diseccionadora, y produjeron instantáneas que cimbran al espectador. In the American West, que ocupa la última parte de la muestra parisina en homenaje a Avedon, es en sí misma una exposición independiente perfectamente montada.

Annie Leibovitz contra Richard Avedon
Annie Leibovitz reconoció siempre la influencia que Richard Avedon ejerció sobre ella. Aunque resulta claro que la fotógrafa trató de ser una alumna aventajada y diferenciarse del maestro, hay diversos rasgos avedonianos en su trabajo. Incluso la forma como ella siguió el proceso de la enfermedad y la muerte de su padre es prácticamente identica a la que el de Nueva York efectuó con el suyo propio, Jacob Israel Avedon, hasta que éste falleció de cancer.

Comparar la obra fotográfica de ambos artistas estadounidenses es un ejercicio no sólo interesante y aleccionador, sino divertido y lúdico. Ambos se interesaron por fotografiar a las grandes personalidades de los ultimos cincuenta años, pero ambos también se preocuparon por dar testimonio de la historia (Avedon en Vietnam e Irak, Leibovitz en la guerra de los Balcanes). Trabajaron para grandes revistas internacionales y se codearon con la aristocracia (hay que ver las fotos de la reina Isabel de Inglaterra por Annie Leibovitz o las de los duques de Windsor por Richard Avedon) y las élites políticas de Washington (él, con el gabinete de George Bush padre; ella, con el de George Bush hijo), pero su compromiso más importante fue con la manifestación artística del oficio, del arte, que eligieron para expresarse: la fotografia.

(Publicado esta semana en Milenio Semanal No. 579)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Annie Leibovitz creo fue quien le tomó fotografías a Lennon en su último año de vida, en su depa del Dakota.

Hugo García Michel dijo...

Así es, Asael. Un saludo.

Anónimo dijo...

Vaya, asi da gusto visitar su blog, con textos con sustancia. Pero cuando agarra su pose cursicojemorritas, nadie lo aguanta.

Anónimo dijo...

Un definitivo mano a mano de titanes.

Hablando de titanes, me preguntaba si vas a escribir algo del regreso de Cat Stevens a la musica despues de 3 decadas (!)