viernes, 3 de diciembre de 2010

M y T


1, Siempre es bueno verla. Siempre la pasamos muy bien. Después de todo, hemos experimentado mil cosas juntos (buenas, malas, divertidas, azotadas, amorosas, rencorosas, entrañables...) desde hace más de once años. Hay un gran cariño (amor lo llamaría realmente) entre nosotros. Es una de esas amigas que se quedará cerca de mí toda la vida. Hoy, ambos estamos pasando por una situación sentimental más o menos similar y nos encontramos en fases de recambio existencial. La cenita de antenoche (bueno, más bien comida tardía) estuvo muy bien. No nos lo propusimos, pero coincidió con el cumpleaños de Woody Allen, de cuya obra ambos somos grandes amantes. Es M, mi adorada M.


2. No nos vemos tan seguido como al menos yo quisiera. Pero anoche volvimos a encontrarnos para cenar y la pasamos de maravilla. Curiosamente, al igual que M, al igual que yo, también pasa por una situación de rompimiento y recambio emocional. Un buen vino, algo rico de comer, Beatles y Pink Floyd como acompañamiento a la larga charla con T, a quien conozco desde hace ya casi cuatro años y con la que se ha desarrollado una amistad cada vez más profunda y cálida. Gran periodista, mujer inteligente, sensible y hermosa (en toda la extensión de la palabra). Una velada que debió ser más larga, pero sus obligaciones profesionales se lo impidieron. Una fortuna tenerla cerca.

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