¿Ingenuos?
¿Confiados? ¿Candidos? Puede ser. Porque se trataba de conciencias bien
intencionadas que se sabían dueñas de una razón, su razón, y eso les otorgaba
el suficiente valor para no dar un paso atrás. Sobre todo porque con ellos
estaba esa presencia luminosa e inmaculada que les daba una seguridad absoluta
y les permitía creer, pensar en que nada malo habría de acontecerles. Gracias a
esa presencia prácticamente intangible pero que el instinto nos dice que está
allí, a nuestro lado, ellos y ellas lograron unirse como una sola fuerza que
puso a temblar a esas estructuras podridas que habían establecido sus bases en
la corrupción, el latrocionio, la violencia, el crimen. Por eso las fuerzas
oscuras los aborrecían, porque aquellos espíritus libres y rebeldes tenían como
aliado a ese ente poderosísimo que conduce nuestros pasos con esmero, cuidando
que jamás nos salgamos del camino trazado por la justicia inmanente.
El 2 de
octubre no se olvida. No debe olvidarse. Porque es la fecha en la cual
celebramos lo mejor de nosotros mismos y con ello sabemos que valió la pena el
sacrificio de aquellos mártires generosos que ofrendaron sus vidas al aliento
de una causa noble y digna y gracias a los cuales hoy podemos aspirar a cosas
mejores, a pesar de los presagios ominosos que nos rodean cual negros
nubarrones. Y es justo en estos momentos de peligro e incertidumbre cuando más
debemos acudir a la misma presencia que inspirara a esos antepasados que
ofrendaron sus existencias por nosotros. Vayamos a la fuente cristalina desde
la cual brota la luz de la esperanza en un mundo mejor. No dejemos que aquella
inmolación haya sido en vano. Porque esa fuerza que hoy tanto requerimos está
ahí, al lado de cada uno de nosotros, tal como lo estuvo al lado de cada uno de
aquellos que nos antecedieron en este valle de lágrimas. Conmemoremos pues,
festejemos a quien ha dado al 2 de octubre toda su importancia, toda su trascendencia
como día único e inolvidable. Pensemos en él mientras repetimos la celebre
plegaria que dice:
Ángel de la guarda,
dulce compañía,
No me desampares
ni de noche ni de día.
Porque el
día de hoy, 2 de octubre, es el día del Ángel de la guarda, es la fecha en la
cual el calendario religioso celebra a ese ángel protector y bondadoso que
siempre está con nosotros y que todo mexicano católico, apostólico, romano y
bien nacido no puede ignorar bajo circunstancia alguna. ¡Felicidades a todos
los angelitos de la guarda!
*Publicado en Milenio Diario en octubre de 2001.
1 comentario:
A riesgo de parecerle un idealista empedernido y sin remedio, don Hugo, he de confesarle que siento que los esfuerzos actuales por conmemorar esta fecha tan importante dentro del calendario de la memoria histórica nacional deberían estar enfocados a la búsqueda de coyunturas entre los jóvenes y el medio escolar en el que se desenvuelven: si los muchachos argumentan que su derecho a la educación nadie se los quita justo sería entonces que reflexionaran acerca de ciertas laceraciones que sufre la fementida potestad cuando ocurre alguna de esas triquiñuelas con las que pretenden ellos mismos engañarse y darle la vuelta a los maestros.
Hacer que retomen el camino de la conciencia a través de la lectura, la escritura y las expresiones artísticas en general, que ocupen las redes sociales para procrastinar sanamente, que sean ellos quienes construyan puentes de respeto entre las diferentes formas de pensar para evitar problemáticas tan graves como el acoso escolar, que... Caramba, ya me excedí.
Pero estrategias que no sólo se quedaran bonitamente impresas en un papel a dos o tres o cuatro tintas, sino acciones reales y tangibles para entrar en el ritmo de vida que nuestros muchachos llevan hoy día, de manera tal que ninguno de ellos quisiera quedarse fuera de la jugada porque ya han visto que las bondades de ser gente alivianada son más atractivas y numerosas que las de andar por ahí de maloras.
Yo creo, muy democráticamente y salvo lo que usted pueda pensar, eminentísimo, que esa sería una manera genuina de rendirles el debido tributo, de corazón, a quienes un día lo sacrificaron todo por levantar el nivel de educación que hay en este país.
Saludos.
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