Aunque el título auguraba una bobalicona comedia romántica, la verdad es que esta cinta dirigida en 1996 por Ted Demme (hermano del gran Jonathan Demme) me sorprendió gratamente. El reparto es estupendo (Timothy Hutton, Matt Dillon, Michael Rapaport, Mira Sorvino, Natalie Portman, Martha Plimpton, Uma Thurman, Rosie O'Donell et al) y el guión es nada menos que de Scott Rosenberg (el mismo de la gran Things to Do in Denver When You're Dead).
La película narra el regreso temporal a su pueblo natal de Willie (Hutton), un pianista de bar treintañero que vive en Nueva York, quien en pleno invierno retorna para asistir a una reunión de ex compañeros de escuela, luego de diez años de no verse. El reencuentro con sus viejos amigos -algunos con una vida hecha, otros no tanto- y con su familia (en realidad, sólo su padre y su hermano menor) y el encuentro con una bella, inteligentísima, madura y singular vecina de trece años (Portman) que le mueve el tapete son los ejes de la trama, manejada con elegancia, contención y fino sentido del humor. Hay varias subtramas, todas ellas muy entretenidas, y en especial dos cuasi monólogos que no tienen desperdicio: el de Rossie O'Donell sobre la manera como las revistas tipo Playboy y Penthouse arruinan las expectativas de los hombres con respecto a las mujeres reales y el del personaje que interpreta Rapaport para justificar por qué las súper modelos son las mujeres ideales. Son dos alegatos memorables que van en sentido contrario y que sin embargo se complementan dentro del filme.
Emotiva, divertida, amena, entrañable, Beautiful Girls es una de esas películas que vale la pena ver y hasta tener en la videoteca casera. Realmente me gustó.
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