sábado, 9 de julio de 2016

Sobre la epistemología de la palabra “chairo”

Una palabra recorre el mundo, la palabra “chairo”. Bueno, no tanto el mundo, ni siquiera el país; tal vez, si acaso, el subcosmos de las redes sociodigitales (como las llama con acierto Raúl Trejo Delarbre).
  Cuando en Twitter o en Facebook uno utiliza el mencionado término, no faltan los indignados que preguntan ofendidos: “¿qué es eso de chairo?”. Por supuesto que lo saben, pero se hacen los occisos. Occisos chairos, por cierto.
  Pero supongamos que el indignado de marras realmente desconoce el significado de la palabreja. ¿Qué es entonces un chairo?
  Alguien por ahí escribió que el origen etimológico viene de “chaira” (es decir, el acto de masturbarse) y que así como las personas quedan un poco atontadas después de practicar el autoerotismo, así se muestran muchos de los militantes progres y seudo izquierdosos cada vez que lanzan sus consignas de siempre, realizan sus marchas de siempre o escriben sus columnas de siempre en la prensa digna de siempre. Se les ve como atontejados, como chairos pues.
  No sé si de ahí provenga la palabra en realidad, pero la idea tiene su encanto.
  Del lado ofendido (y aludido) se dice que “chairo” es un insulto, algo así como decir “naco de izquierda”. Sin embargo, no he visto a alguien que, como hacía Botellita de Jerez con su “naco es chido”, reivindique un “chairo es chido”. Como que el término sí les puede.
  En lo personal, creo que estamos ante un vocablo de esos que resultan difíciles de definir con exactitud, a pesar de que en cuanto uno ve a un “chairo", en seguida lo reconoce: por su lenguaje, su apariencia, su ropaje, sus actitudes, sus modos, sus hábitos... y el tabloide o revista que trae bajo la axila.
  Espero haber contribuido en algo a fin de comprender la epistemología (palabra que le da seriedad a esta columna) de la hoy tan utilizada voz. Ojalá que los comentarios que se generen a raíz de esto contribuyan al enriquecimiento del tema, esclarezcan de mejor manera las raíces etimológicas de la palabra y nos den luces, asimismo, sobre el origen de la expresión “solovino”.
  Gracias anticipadas.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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