martes, 24 de junio de 2008
La siniestra historia de Dominique (nique nique) (I)
Por allá de 1964, surgió en México un quinteto vocal al que quizá podríamos considerar como la agrupación musical más fresa y convencional de la historia (en su imprescindible libro Guaraches de ante azul, Federico Arana lo define como “más cursi que una quinceañera en carroza de plástico”). El grupo se hacía llamar Los Dominics y fue el clásico one hit wonder, es decir, aquel conjunto que únicamente consigue un éxito a lo largo de su existencia y que sólo es recordado por el mismo.
La canción que interpretaban Los Dominics se llamaba “Dominique” y consiguió una gran difusión radiofónica y televisiva (el quinteto solía aparecer en aquel programa legendario de la televisión mexicana que fue Premier Orfeón A Go Go). La letra del tema hablaba sobre un monje llamado precisamente Dominique, quien –decía la letra- “pobremente por ahí, va él cantando amor y lo alegre de su canto solamente habla de Dios, de la palabra de Dios”. Para una sociedad tan conservadora y mojigata como lo era la mexicana de principios de los sesenta, la canción de marras cayó como anillo al dedo, sobre todo porque había muchos jóvenes a quienes se consideraba como “rebeldes sin causa” (¿sin causa?) y que -¡horror!- habían abrazado la bandera de ese ritmo infernal conocido como rocanrol.
Un himno del conservadurismo
Sin embargo, no era sólo la sociedad mexicana la que mostraba ese conservadurismo a ultranza. De hecho, en todo Occidente reinaba esa rancia tendencia, como un inútil esfuerzo por contener los cambios que comenzarían en apenas un par de años más y que marcarían a los años sesenta como la década más revolucionaria (para bien y para mal) del siglo veinte.
Lo anterior explica que “Dominique” no sólo fuera un éxito en nuestro país, sino también en el mundo entero. Letra y música habían sido escritas por una oscura monja de origen belga, a quien los medios dieron a conocer como Sor Sonrisa (Soeur Sourire, en francés; en inglés se le conoció como The Singing Nun, “La monja cantadora”). La publicidad la mostraba como una religiosa amable y pacífica, dulce y tierna, generosa y llena de bondad. Fue algo así como el antecedente directo de la madre Teresa de Calcuta en versión musical.
Sor Sonrisa, pues, parecía un producto perfectamente inocuo y en esos momentos nadie imaginaba que en el futuro se convertiría en una mujer con un destino demasiado inicuo. Armada con su guitarra de palo y ataviada como lo que era, una monja, su alba figura fue pronto conocida en el orbe entero y su canción “Dominique” se convirtió en un verdadero himno consagrado por el mismísimo Vaticano.
¿Quién era Sor Sonrisa?
El nombre mundano de esta singular mujer era Jeanine Deckers. Había nacido en Bruselas, en 1933, y tomó los hábitos como monja dominica en 1959. Antes había trabajado como maestra de arte en una escuela secundaria de su ciudad natal y estuvo a punto de contraer matrimonio, aunque finalmente desistió de casarse. Algo había en los varones que no era de su agrado.
Al entrar al convento (con el nombre de hermana Luc Gabriel), ya sabía tocar la guitarra y tenía varias canciones escritas. Fue dentro del recinto religioso donde compuso la melodía que habría de hacerla mundialmente famosa. Al principio la tomó como una cancioncita más de su anónimo repertorio, pero al escucharla, varias de sus compañeras y superioras la animaron a presentarla públicamente e incluso a grabarla. Así lo hizo, aunque a regañadientes…, y no tardó en convertirse en una celebridad.
La primera grabación de “Dominique” fue realizada en 1962, en un pequeño estudio, y financiada con los escasos ahorros de la propia hermana Luc Gabriel. Nada hacía suponer que pasaría algo con ella, pero una copia llegó a manos de un ejecutivo de la disquera Phillips, quien descubrió su tremendo potencial comercial (mismo que tal vez hoy día resultaría impensable) y de inmediato ofreció un contrato a la talentosa monjita. Ésta no pareció muy convencida de entrar a la industria del disco, su modestia le aconsejaba que no lo hiciera, pero otra vez sus compañeras dominicas la empujaron y terminó por firmar con la compañía trasnacional. Fue en la Phillips donde la rebautizaron como Sor Sonrisa.
La vuelta al mundo en millones de discos
Para 1963, “Dominique” era primer lugar de popularidad en diversos puntos del planeta. El éxito cruzó el océano Atlántico y la monja tuvo que dejar su tranquila existencia conventual y empezar a vivir como una pop star. En 1964 apareció en el Show de Ed Sullivan (el Raúl Velasco gringo) y en 1966, Hollywood produjo una película sobre la vida de la religiosa (The Singing Nun), interpretada por la actriz Debbie Reynolds. Sor Luc Gabriel siempre negó la veracidad de la historia que se contaba en el filme. Poco después, la actriz Sally Field se volvería famosa con La monja voladora, una variante de La monja cantadora convertida en serie de televisión y con una religiosa que en realidad (en realidad televisiva, se entiende) volaba por los aires.
El ritmo de trabajo, las giras y presentaciones, las entrevistas periodísticas, en fin, el trajín de ser una inesperada estrella de la música popular resultó demasiado para ella y a tres años de haber surgido a la celebridad, la monja cantadora decidió que no podía más y que se dedicaría de lleno a las labores propias de su vocación religiosa. Haría el intento de retirarse, pero le resultaría imposible.
La hermana Luc Gabriel sentía una gran simpatía por las nuevas ideas progresistas que surgían por doquier, algo que chocaba de lleno con el conservadurismo a ultranza de la Iglesia Católica. Incluso llegó a afirmar su acuerdo público con aquella famosa declaración de John Lennon acerca de que los Beatles se habían vuelto más populares que Jesucristo. Pronto, la superiora de su convento comenzó a reconvenirla y la tensión dentro del recinto terminó por hacerse insoportable. En 1967, Sor Sonrisa abandonó los hábitos y dejó el convento para abrazar la vida civil y dedicarse de lleno a la música con su nombre verdadero.
(Continuará)
(Publicado en la revista Milenio Semanal de esta semana, No. 558)
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6 comentarios:
Lo más gracioso fue que la canción con su estribillo tan pegadizo tenía un doble sentido que quizás a la ingenua monja ni se le ocurrió cuando escribió esta canción a mayor gloria del fundador los dominicos.
En efecto, el verbo "niquer" (que además es bastante vulgar) puede traducirse por follar, coger, etc.
Así, la ingenua canción "Dominique, nique nique" podía entenderse como "Dominique jode, jode".
Lo mas interesante es que de monja pasó a convertirse en una lesbiana de ideas progresistas,lamentablemente, a pesar que grabó nuevas canciones con temáticas incisivas nunca logró el mismo éxito que con "Dominique". Y lo terrible del asunto es que el fisco belga le comenzó a reclamar abultadas deudas por las presuntas ganancias (95%se las llevaba el sello Philips y 5% el convento al que perteneció).Esta situación se le hizo insorpotable y tristemente decidió suicidarse junto a su compañera Annie Pescher en 1985.
En Mexico se cre que la cancion la grabo Angelica Maria
La gente en Mexico piensa que version en Mexico la grabo Angelica Maria
“Nique” traducido del Francés quiere decir =Merienda= y no creo que haya tenido tientes de vulgaridad la canción Sor Sonrisa realizo canciones para enseñar el catecismo en esa época y fue muy acertada su idea. Pienso que con el paso de los años y una vez que declaro su amor por otra mujer entonces (como suele suceder por personas que a todo le quieren encontrar “sentido”) le dieron ese “toque” y “doble sentido” a esta canción.
Sólo con estas “famosas” series de televisión entonces es cuando tratamos de “investigar” el significado de las cosas pero recuerden que no todo lo que nos presentan en televisión es real o verdadero, en televisión las cosas e historias son extremas para dar un drama a ello.
“Nique” traducido del Francés quiere decir =Merienda= y no creo que haya tenido tientes de vulgaridad la canción Sor Sonrisa realizo canciones para enseñar el catecismo en esa época y fue muy acertada su idea. Pienso que con el paso de los años y una vez que declaro su amor por otra mujer entonces (como suele suceder por personas que a todo le quieren encontrar “sentido”) le dieron ese “toque” y “doble sentido” a esta canción.
Sólo con estas “famosas” series de televisión entonces es cuando tratamos de “investigar” el significado de las cosas pero recuerden que no todo lo que nos presentan en televisión es real o verdadero, en televisión las cosas e historias son extremas para dar un drama a ello.
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