domingo, 1 de junio de 2008

Apuntes para un fin de semana


Viernes 30 de mayo: Concierto en el Metropólitan. Recibí cuádruple invitación telefónica (de José Manuel Aguilera, Fernando Rivera Calderón. Eduardo Limón y Verónica Maza). Imposible dejar de ir. La Barranca como banda estelar y Monocordio como grupo abridor. Al llegar al metro Juárez, me encontré a Pepe Návar y su hijo Christian. Ya en el Metropólitan, Lalo Limón me dio mi boleto (acudí solo, aunque la invitación era doble; por diversas circunstancias, P, M y L no podían ir). Me tocó sentarme al lado de Rafael Tonatiuh, en un lugar bastante alejado del escenario. Monocórdio empezó a tocar al cuarto para las nueve. para entonces, el teatro ya estaba lleno en toda su capacidad. Para mi sorpresa, María Emilia Martínez apareció con el grupo para tocar la flauta con su talento y vitalidad de siempre (de hecho, había cuatro músicos en el escenario que en algún momento han estado o están con Los Pechos Privilegiados: María Emilia y el Sr. González, que están, y Adrián López y el propio Fernando, que estuvieron). Sólo seis canciones pero lo hicieron muy bien y el público coreó algunas de ellas. Sonaron padre. Terminaron a las nueve y cuarto y apenas quince minutos después apareció La Barranca en el magnífico escenario. Aguilera, Federico Fong y Alfonso André (es decir, la primera versión de La Barranca, la que grabó El fuego de la noche en 1996). Fue un gran concierto, un recorrido por los temas más clásicos de la banda y la presentación de su estupendo y reciente Providencia (2008). Con ellos tocaron también un guitarrista invitado (Adolfo N del grupo Cohete), además del gran Cox Gaytán en el violín y Mónica del Águila en el cello. Dos horas y media de música de primer nivel con la gente enloquecida. Reconfirmé que La Barranca sigue siendo para mí el mejor grupo mexicano de rock y tal vez el único que hace algo a lo que podemos llamar -realmente- rock mexicano. Al final pude pasar a camerinos y saludar personalmente a los músicos. José Manuel se veía muy feliz. Había ahí un gentío (saludé entre otros a Laura Vázquez -quien vino desde Argentina sólo para tocar con Monocordio). Estuvimos ahí un largo rato. Ya como a la una de la madrugada nos fuimos Fernando, Claudia, Vero Maza, Jatchen, Eduardo Limón, Armando Vega-Gil, Susana San José y yo a comer tacos al Farolito, en la Condesa. Riquísimo. Vero y Jatchen me dieron un aventón hasta la casa.


Sábado 31: A las siete de la noche me encontré con M en Plaza Loreto. Vimos el concierto de Beaujean Project. Las gemelas (Jenny e Ingrid) cantan precioso (me encantó su versión de "Cry Me a River"). Al terminar, hablé brevemente con Ingrid y con Hernán Hecht, quien tocó la batería con ellas. M y yo nos fuimos a tomar un café (bueno, yo un té chai) y luego nos metimos al cine para ver A Guide to Recognizing Your Saints de Dito Montiel (2006, no me pregunten el absurdo y horrendo nombre en español), con Robert Downey Jr, Chazz Palmintieri, Dianne Wiest y Rosario Dawson. A ambos nos gustó mucho. En un taxi dejé a M (ah, la adoro) en su casa y llegué acá poco antes de las doce para ver en Eurochannel una bella película francesa: Le Coeur des Hommes de Marc Esposito (2003), una comedia llena de ternura y sutileza y con la presencia de la divina Zoe Felix.


Domingo 1: Día tranquilo. Vi la final (ya todos saben que la copa se la llevó el Santos de Torreón a costa del Cruz Azul), En la noche vino a visitarme mi gran amiga Fabiola Cantú y la pasamos muy bien. Se fue como a las doce. Mañana se supone que al fin veré a P. ¿Será?

2 comentarios:

Raúl H. Pérez dijo...

Concuerdo totalmente con el comentario sobre La Barranca.

Qué envidia convivir con J. M. Aguilera y el resto de los músicos.

Yo he tratado de entrevistarlos un par de veces y por una u otra razón no se ha podido.

Como siempre es un placer visitarlo por aquí.

Saludos desde Mérida.

Miriam Canales dijo...

...¡¡y arriba el Santos! ¡ a huevooo!...por cierto, me gustó mucho tu texto de las bulímicas de Sex anf the City. Tengo mucho que contarte y ganas de verte también.

Un besito