martes, 31 de marzo de 2009

Cristina en el centro comercial (un cuento de anticipación)*


Cuando la vi de reojo, en la sección de jazz de aquella tienda de discos antiguos, lo único que pensé fue: “Por Dios, cómo se parece a Cristina”. Era una tarde calurosa de junio de 2020 y hacía casi diez años que no veía a quien durante cerca de un lustro fuera mi razón de vivir, el motor de mi existencia para bien y, sobre todo, para mal. Ella no se había percatado de mi presencia y aproveché para ocultarme detrás de un estante de ofertas de álbumes descontinuados, a fin de espiarla sin ser visto. No había duda: era ella. Pero cuánto había cambiado. Yo la suponía aún en Nueva York, a donde se había ido a mediados del 2010, “para estar allá un año”, y donde conoció a un tipo de origen polaco que la hizo enloquecer y la convenció de casarse con él y quedarse a vivir a su lado. A ella, a Cristina, la enemiga número uno del matrimonio. Se divorció menos de un año después, por supuesto, pero decidió quedarse a radicar en Queens. Durante largo tiempo nos mantuvimos en contacto por teléfono y por correo electrónico, incluso llegué a visitarla una vez –en un viaje cuyos catastróficos resultados sentimentales preferiría olvidar-, pero luego todo se fue diluyendo y quien fuera el amor incompartido de mi vida fue reemplazado por otras mujeres con las cuales seguí repitiendo mi sempiterno patrón de enamorarme de hembras mucho más jóvenes que yo, quienes invariablemente me utilizaban y al final me trataban de la peor manera posible.
Así que ahí estaba sin embargo. Cristina. En esa tienda. Una década después. Absolutamente cambiada. En verdad no sé cómo pude reconocerla en primera instancia. Había embarnecido en forma ostensible. Ella, quien siempre presumía de conservar la misma figura de cuando tenía quince años, de pronto había sufrido un evidente cambio en su metabolismo, un golpe que la había hecho subir cuando menos cuarenta kilos. Estaba gorda. Muy gorda. Pero eso no era lo más impresionante. Lo que me impactó verdaderamente fue la mirada apagada y melancólica detrás de sus eternos anteojos redondos para la miopía. Su antigua expresión jovial, irónica, segura de sí, no existía más. Adiós al brillo de sus ojos, a esa chispa alegre y cínica que la había caracterizado desde que la vi por vez primera, en febrero del año 2005, a sus dulces veintiuno. Según mis cálculos, ahora estaba a punto de cumplir treinta y seis diciembres, pero se veía de mucho mayor edad. Inconscientemente, miré un espejo que reflejaba mi figura y a pesar de mis pesados sesenta y cinco años y de mi invencible sobrepeso, me sentí mejor conservado que ella. El hecho me provocó tristeza. Volví a contemplarla. Buscaba entre algunos discos y sacó uno del estante. No alcancé a ver de cuál músico era. Examinó concentrada la contraportada y se puso a leerla. ¿Y si me le acercaba? ¿Y si iba a saludarla? ¿Se sorprendería? ¿Le daría gusto verme? ¿Le causaría incomodidad? No me atreví a moverme de mi lugar. Me quedé ahí, petrificado, los pies clavados en el piso. Cristina lanzó un ostensible suspiro y dejó el disco en su lugar. Dio media vuelta y con el cuerpo encorvado enfiló sus pasos hacia la salida de la tienda. La seguí entonces. Llegó a los amplios y repletos pasillos del centro comercial donde nos encontrábamos y se dirigió hacia las escaleras eléctricas. De nueva cuenta tuve el impulso de alcanzarla y hacerme presente. Pero me acobardé y no lo hice. Me quedé al pie de las escalinatas y la vi llegar a la parte alta para perderse de vista. Dejé correr uno, dos, tres minutos de indecisión. Pero qué imbécil. Si no hablas con ella ahora mismo, quizá nunca más la vuelvas a ver. Ve tras ella, pendejo, o te arrepentirás por el resto de tus días. Emprendí la subida de los escalones móviles con la escasa velocidad de la cual era capaz y en segundos alcancé la cumbre. Demasiado tarde. Cristina se había perdido entre la muchedumbre, en la inmensidad de aquel templo del consumo.

*Escrito en 2004

lunes, 30 de marzo de 2009

Cuarta junta


Un nuevo amigo se integró al equipo. El proceso se acelera. Sé que algunos lectores se desesperan ante la falta de noticias concretas y definitivas. Les pido paciencia. Se trata de hacer algo que valga la pena. Sólo les digo que ya falta menos que al principio. Sí, es un mal chiste.

domingo, 29 de marzo de 2009

Pretérito imperfecto


Como si cuatro blogs no fueran cosa suficiente, ahora he abierto otro. Se trata de Pretérito imperfecto, un espacio al que he puesto como subtítulo "Memorias y desmemorias de un inmemorable memorizador". Sí, es un blog completamente autobiográfico y por tanto, sé que no interesará a muchos, pero desde hace tiempo he querido escribir sobre mi vida y sobre las personas, las cosas, las circunstancias con que me he cruzado a lo largo de cincuenta y cuatro largos años. Hablaré ahí lo mismo de mis escuelas, mis trabajos y mis amigos de infancia que de los personajes públicos y anónimos con los cuales me he ido topando, pero también de viajes, lugares, libros y películas que me han marcado de una u otra manera. Presentes estarán amores y desamores, logros y decepciones, cuestiones trascendentes e intrascendentes, en fin, el mundo, el país, la ciudad donde me ha tocado vivir. Son memorias, pero no porque sienta que ya estoy viejo (la verdad es que mis cincuenta han sido mi mejor etapa y me siento -diría Sven Göran Eriksson- de poca madre), sino porque quiero rememorar y revisar muchas cosas. Si les interesa, están invitados a visitarlo de vez en vez. Prometo ser ameno y contar cosas. La dirección es http://preteritoimper.blogspot.com/, por allá los espero.

sábado, 28 de marzo de 2009

Llegó el día D*


Nervios. Tensión. Ansiedad. Un cosquilleo incómodo que recorre nuestros cuerpos de pies a cabeza y no nos permite el menor atisbo de tranquilidad. Es el día D. El día de todos tan temido y que podría marcar un parteaguas en nuestra historia. No porque los gringos finalmente decidan acabar con la narcoviolencia fronteriza y opten por mandar a los marines a invadir Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas (y de paso Sinaloa, Michoacán et al). No porque sobrevenga una nueva y súbita quiebra en los mercados internacionales y nuestra economía sea barrida por el tsunami financiero. No porque se descubra la posibilidad de una caída del sistema en las elecciones federales de julio próximo o porque nuestro máximo showman actual, el presidente del PAN, Germán Martínez, digno heredero de la comicidad desaforada del añorado Noroñas, anuncie que a partir de ahora dejará de ser un muchacho pendenciero y se volverá un chico seriecito y bien portado. No, el día D es por otras circunstancias muchísimo más importantes y trascendentes.
Digo, ya todos lo sabemos. Hoy por la tarde podría ocurrir un equivalente al Holocausto o a la caída de una bomba de hidrógeno sobre territorio patrio. Si las ticos salen de vena y nuestros ratoncitos verdes salen de pena -con el repentinamente condechi Nery Castillo a la cabeza (“¿Sabes qué, wey? Lo que pasa es yo vivo en Europa y tú te vas a quedar en México, ¿captas?”)-, la peste caerá sobre el país y el México bronco aflorará cual hiedra venenosa y nos desflorará a todos, sin distinción de clase, religión, sexo o preferencias televisivas.
Este sábado 28 de marzo de 2009 podría quedar inscrito entre las fechas trágicas de la historia nacional. Si la selección mexicana pierde o empata con la de Costa Rica y se produce un nuevo Aztecazo, la matanza de Cholula o la Decena trágica quedarán en la memoria como meros días de campo y lo peor de todo es que nada podemos hacer para cambiar lo bueno o lo malo que el destino nos tiene deparado. Unámonos todos en un solo pensamiento positivo para que acontezca lo primero. Si no que Dios nos coja confesados.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 27 de marzo de 2009

Bonito concierto

Otra vez pensé que no iría gente y sin embargo el Ruta 61 casi se llenó. El concierto resultó muy emotivo (al final, el público hasta me cantó "Las mañanitas", je) y el grupo sonó muy bien, aun cuando no tuvimos a músicos invitados (porque Carolina -batería- ya es como parte del grupo). Entre los asistentes estaban Vero Maza y Jachen, María José y Adrián, Let y su banda de amigos, Dulce Chiang, José Luis Martínez, Hallet, Alain, Jan y su amigo chileno, Luis Berman (hermano de Denisse), mi primo Gustavo y algunas personas más, aparte del público en general. Claro, ahí estaba Dení con su gran sonrisa. Un buen cumpleaños a final de cuentas.

jueves, 26 de marzo de 2009

Cinquante-quatre


Pues sí, he llegado a los cincuenta y cuatro años de vida... y me siento bien. Más que bien. A pesar de que el reciente año no ha sido económica y profesionalmente bueno (se suspendió la versión impresa de La Mosca en la Pared, no he tenido estabilidad laboral, ha habido momentos duros por cuestiones de dinero), en lo sentimental ha sido magnífico (con Denisse a mi lado) y sigo sintiendo el cariño y el amor de mis hijos y mi familia, así como de mis grandes amigas y amigos. La música continúa ahí (para escucharla, para componerla, para tocarla y cantarla, para escribir de ella) y mi salud también es buena. Además, estuve por segunda vez en la ciudad de mis amores: París. No me quejo: soy un hombre feliz y lleno de planes e ilusiones (ahí viene ya lo del nuevo proyecto, más algunas otras oportunidades de hacer cosas con la materia musical y también un nuevo blog autobiográfico). Tengo cincuenta y cuatro años (aunque no me sienta de esa edad, sino más joven) y muchas ganas de vivir y de seguir adelante. La vie est belle.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Última salida*


“El álbum del grupo fulanito ha resultado todo un suceso. La música es sensacional, en especial las vocales y las corales. A pesar de su aspecto casual, los integrantes de la banda son muy profundos, lo cual se refleja en la calidad de sus líricas”. Textos como el anterior aparecen a cada momento en la prensa musical, no sólo de México sino de prácticamente todo el mundo de habla hispana. La cada vez más difundida y perniciosa costumbre de trasladar, en forma literal, términos del idioma inglés al idioma español es una verdadera desgracia para nuestra lengua. En el fragmento entrecomillado con que inició este editorial hay cinco palabras incorrectamente utilizadas, a pesar de que muchos de quienes escriben de música las emplean de un modo habitual. “Suceso” se aplica como sinónimo de éxito. ¿Por qué? Pues porque en inglés la palabra “éxito” se traduce como success. “Casual” se usa en lugar del correcto “informal”. ¿La razón? En la lengua de William Shakespeare y Edgar Allan Poe, informal se dice casual. Ya al entrar de lleno a los tres términos de origen musical, la cosa es tanto o más grave. Como en inglés cuando varias voces se juntan y cantan al unísono se dice chorals, se nos hace fácil decir que determinadas personas se hacen cargo de las “corales” en lugar de los coros que es lo correcto. Si es una sola persona la que canta, como en la lengua de Bob Dylan se dice que es la encargada de las vocals, a muchos se les hace fácil poner simplemente que tal cantante interpreta las “vocales”, a lo que habría que preguntarse quién demonios interpreta entonces las consonantes. ¿No sería mejor escribir simplemente que el individuo de marras tiene a su cargo la voz? Por su parte, no es posible que se insista en que tal composición tiene grandes “líricas” (del ingles lyrics), cuando lo que se intenta dar a entender es que tiene una gran letra. Como decía un antiguo personaje cómico de la televisión: por eso estamos como estamos. Para terminar, una anécdota al respecto… Hace mucho me tocó escuchar a un locutor en la radio defeña que hablaba del disco Últimos éxitos de Traffic. En realidad, el título en inglés de ese magnífico álbum de 1967 es Last Exit, es decir, Última salida. Sin comentarios.

*Publicado en la sección "Ojo de Mosca" de La Mosca en la Pared (No. 99, Noviembre de 2005)

martes, 24 de marzo de 2009

Tercera junta


Muy buena. Las cosas se van redondeando y el apoyo y respuesta de la mayoría de la gente convocada da mayores esperanzas aún. Es una apuesta a mediano plazo que debe iniciar casi en el corto plazo. Ahí la llevamos.

lunes, 23 de marzo de 2009

¿Transgiversar?


Ya son tres las recientes ocasiones en que he escuchado a diferentes personas (una de ellas en la tele) usar el inexistente verbo transgiversar. "No hay que transgiversar las cosas", dicen bárbaremente por ahí. Lo correcto es emplear el verbo tergiversar ("Dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos", según la definición de la Real Academia Española de la Lengua). Así que no hay que tergiversar el idioma.

domingo, 22 de marzo de 2009

Comediantes y política


Para bien o para mal, la comedia y la política han estado juntas desde tiempos inmemoriales. Lo estuvieron entre los griegos y los romanos (basta con recordar el Satiricón de Petronio). Lo estuvieron en el siglo XVIII (con Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, por ejemplo), en el siglo XIX (con Charles Dickens en Inglaterra, con Mark Twain en los Estados Unidos), en el siglo XX (con el cine de Charles Chaplin –El gran dictador, Tiempos modernos- y los escritos de cientos de novelistas y dramaturgos en todo el mundo).
En México, hay una larga tradición de burla popular hacia los políticos, desde José Joaquín Fernández de Lizardi (el de El Periquillo Sarniento) hasta los cómicos carperos con Jesús Martínez Palillo como máximo exponente (“¡Pulpos chupeteadores, hijos de la politiquería…!”). ¿A qué viene todo este largo breviario seudocultural? Al anuncio de que los domingos por las noches, el llamado Canal de las Estrellas inaugurará un nuevo programa, mismo para el cual están convocando a personas con presuntas facultades humorísticas, a fin de que concursen y se conviertan en nuevos cómicos.
La idea puede no ser del todo mala, siempre y cuando entre los participantes se acepte a algunos de los más preclaros personajes de nuestra polaca naconal. Los productores de la emisión, los inefables primos Galindo -creadores de series tan finas (¡ja!) como Cantando por un sueño, Bailando por un sueño o Los reyes de la pista-, tienen que dar entrada a políticos tan llenos de humor y comicidad como el aún perredista Gerardo Fernández Noroña –fundador del movimiento político RBD (neta)- o el presidente del Partido Acción Nacional, Germán Martínez, uno de los comediantes involuntarios más geniales de la escena mexicana, quien semana a semana nos deleita con sus frases, sus dicharachos y sus chascarrillos que de tan chafas se vuelven entrañables y mueven a la carcajada limpia y franca.
¿Qué tal comicazos políticos como Elba Esther Gordillo, Vicente Fox (con su patiña, la gran Martita Sahagún), Roberto Madrazo, Jesús Ortega, Beatriz Paredes, el Niño Verde o los gobers de Puebla, Oaxaca, Veracruz o Guanajuato? Comicidad pura, con el más auténtico sabor de la grilla autóctona.
Ahora que tan faltos estamos de risas y sonrisas, dada la tremenda situación por la que pasa el país (entre la crisis económica, el desempleo, la carestía, la corrupción, las campañas electorales, la falta de seguridad, el narcotráfico, la desorganizada guerra contra el crimen organizado y hasta la muy posible eliminación de la selección mexicana del Mundial de Sudáfrica), los mexicanos ya no sentimos lo duro sino lo tupido. Es por ello que nos urge alguna luz de optimismo y si el nuevo programa de Televisa incluye a nuestros polacos, seguramente tendremos muchos ratos de solaz y esparcimiento.
Señores Galindo, la Patria se los demanda: hagan de su nueva emisión (sin albur) un rayito de esperanza (¡pero que por favor no les salga como el otro rayito de esperanza!).

sábado, 21 de marzo de 2009

Priismo zen*


Gran susto me llevé el jueves por la tarde, cuando Pepe Cárdenas comentó en su noticiario de Radio Fórmula que Manlio Fabio Beltrones le había dicho al presidente Felipe Calderón que se bajara los pantalones. Ya ayer viernes por la mañana me tranquilicé, al leer en la primera plana de Milenio Diario que lo que el senador priista en realidad dijo fue que el presi se fajara dicha prenda de vestir. Mi susto no fue porque -como le sucedió al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont- la declaración del gran Manlio me pareciera inicua (sic), sino porque con esa frase tan agresiva, el senador tricolor rompió con la filosofía que su partido ha venido empleando y que tan buenos dividendos políticos le ha proporcionado, según marcan las encuestas. Me refiero a la práctica del priismo zen.
En efecto, hasta ahora el PRI ha mantenido una sabia pasividad, una inteligente inacción que le ha permitido permanecer al margen de las refriegas protagonizadas por sus dos contrincantes principales. Porque mientras panistas y perredistas muestran un talante rijoso y pendenciero que en nada tranquiliza a la población en general y a los votantes en particular, los priistas se sostienen en una especie de meditación trascendental (o trastupijental) que los hace levitar y darse a conocer como una opción conciliadora y apaciguante, tan alivianada que incluso ha hecho que muchos olviden su pasado chanchullero, aplanador y absolutista (¡ah, qué tiempos aquellos de la monarquía sexenal!).
Desde esta humilde atalaya, aconsejo a Don Beltrones y compas cuasi monásticos que lo acompañan a que no extravíen la senda y no caigan en las mundanas tentaciones de la estéril reyerta y la inútil pugna. Si el permanecer serenos, inmóviles y casi invisibles les ha resultado tan positivo, ¿para qué arriesgarse a perder el camino andado? Paz, amor y buena vibra, hermanos priistas.
Después de todo, ya lo dijo Lao Tse (¿o fue Fidel Velázquez?): el que se mueve no sale en la foto.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 20 de marzo de 2009

Concierto y cumpleaños


En su segundo concierto de este 2009, los Pechos Privilegiados vuelven al hoochie coochie bar Ruta 61, en una noche en la cual no sólo interpretaremos blues, soul, funk y rock, sino que festejaremos el cumpleaños de un tal Hugo García Michel, quien les manda decir que le dará mucho gusto verlos ahí en tan especial fecha, para que le den su abrazo, escuchen su música y se echen una cerveza (o las que gusten) a su salud.

La cita es este jueves 26 de marzo, en punto de las nueve y media de la noche, en Baja California 281, casi esquina con Avenida Nuevo León, en la colonia Hipódromo Condesa.

Canciones originales en español, con el lechoso sabor de Los Pechos. Las mujeres no pagan cover.

En esta ocasión, Los Pechos Privilegiados son:

Leyla Rangel: Voz y coros
Giuliana Vega: Voz y coros
María Emilia Martínez: Flauta
Rafael Herrera: Bajo
Demetrio García: Batería
Mauricio Mayén: Guitarra líder
Hugo García Michel: Voz, guitarra y armónica

jueves, 19 de marzo de 2009

Los chuchos no tienen carisma


Se supone que son el lado moderado del Partido de la Revolución Democrática y no lo pongo en duda. Frente a los excesos mesiánicos y demagógicos de los pejistas, representan a una opción cuando menos no tan siniestra. Sin embargo, carecen por completo de carisma, son grises hasta la náusea, nada proyectan, nada mueven, no conmueven o emocionan. Son los chuchos, el bando que hoy preside al PRD y cuyo talante neutro se refleja en esos anuncios televisivos en los cuales aparecen algunos de ellos (como Jesús Ortega) mientras recitan frases dizque de indignación política y se ofrecen como la mejor opción. Oh, my God!... Aparte de algunos errores elementales en la producción de dichos mensajes (en uno aparece el Güero González Garza y cuando se hace la toma final a toda le mesa ¡ya no está!), su efecto es nulo, aburrido, para nada creíble. Los cuates y cuatas que ahí salen dicen sus parlamentos con un acartonamiento de pena ajena, con tiesura, sin espontaneidad, como actores de cuarta; son pésimos comunicadores. Yo que ellos, retiraba esos anuncios del aire.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El futuro de diarios y revistas


La noche del lunes, en el programa Entre tres de Canal 13 se analizó la crisis actual de los medios escritos y el futuro de estos. Fue una emisión muy interesante, sobre todo porque los cinco intelectuales (en el mejor sentido del término) ahí reunidos dieron diferentes puntos de vista que ayudaron a profundizar en el asunto y a hacer que uno, como televidente y/o como involucrado directamente en el tema, meditara en el mismo y tratara de sacar sus propias conclusiones. Jesús Silva Herzog-Márquez, Federico Reyes Heroles, Carlos Elizondo Mayer-Serra y sus dos invitados, Raymundo Riva Palacio y José Carreño Carlón, revisaron lo que está sucediendo sobre todo con los grandes periódicos del mundo, como el New York Times estadounidense o El País español, y cómo esto se refleja en los diarios más importantes de México. Hubo quien opinó que los periódicos de papel terminarán por desaparecer y se convertirán en medios exclusivos de internet y hubo también quien fue más optimista y visualizó una situación a mediano plazo en la que ambas opciones convivirán y se complementarán. Lo que sí quedó claro es que el futuro será multimediático. Como director de La Mosca en la Pared, el programa me interesó muchísimo, ya que la misma crisis de los diarios la sufren las revistas, dados los altos costos para producirlas, sobre todo por los precios del papel y la retracción de la publicidad debida a la crisis económica global. Por ello resulta tan atrayente internet, entre otras cosas porque permite abatir los costos de manera dramática (sencillamente no hay que comprar papel), porque no tiene límite de páginas (uno no se ve obligado a sujetarse a los dos, tres o cuatro pliegos), porque no hay que dejar más de la mitad de las ganancias en manos de distribuidores y voceadores, porque permite emplear muchos recursos audiovisuales, porque deja fluir la interacción con los lectores y porque al llegar a todo el planeta, multiplica el número de los mismos (además de ser un objeto gratuito para éstos). Si hasta hoy del medio impreso se derivaba el medio virtual, ahora puede ser al revés: primero el medio en la red y, una vez consolidado éste (y una vez superada la crisis, algo que sucederá tarde o temprano), luego el medio en papel. Cuestión de adaptarse a los nuevos tiempos, sin olvidar factores como la honestidad, el profesionalismo, la amenidad, la intención crítica y el sentido periodístico. Un tema fascinante.

martes, 17 de marzo de 2009

El enemigo instantáneo


Aunque en la colección Novela negra de Bruguera apareció bajo el título de El enemigo insólito, eso no le quita a The Instant Enemy de Ross MacDonald su fuerza, su misterio, su amenidad, su ironía y sobre todo su atmósfera de novela negra típica, en la misma vena de un Dashiel Hammett (Cosecha Roja), un Raymond Chandler (El largo adiós), un Horace McCoy (Debí quedarme en casa) o un James M. Cain (El cartero siempre llama dos veces). Si bien no alcanza los niveles excelsos de los cuatro autores citados, MacDonald mete a su detective emblemático, Lew Archer, en una enredada trama, en la cual, a partir de un secuestro y la presunción de un inminente homicidio, las cosas se complican en tan sólo unos días y el investigador da con una maraña de mentiras, intereses creados, corrupción y crímenes. Situada en la California septentrional de los años sesenta, El enemigo instantáneo tiene a su favor la tensión que va creando conforme Archer se mete más y más en el asunto, aunque en momentos uno se llega a confundir con tantos nombres y personajes. Una novela muy recomendable (la acabo de leer, aunque tengo el libro desde 1981).

lunes, 16 de marzo de 2009

El cártel de los sapos


Terminó esta noche en Univisión la primera temporada de la serie colombiana El cártel de los sapos, emisión en la cual se retrataba al mundo del narcotráfico. La verdad es que el programa me agarró cuando lo vi por primera vez, hará unos cuatro meses, y a partir de ahí vi la mayor parte de los capítulos, hasta llegar al final de hoy, final -un tanto incómodo- que quedó abierto para lo que será la segunda temporada que ya se está grabando en Colombia y los Estados Unidos. ¿Por qué me gustó la serie? Por su realismo y autenticidad, porque toca un tema actualísimo en México y lo hace sin falsa moralidad o cuadrado maniqueísmo, por sus guiones y su dirección, por su buen nivel actoral y porque resultaba muy entretenida y dramáticamente muy bien construida. Leo que este mes aparecerán los primeros veinte capítulos en DVD y a mediados de año los otros veinte. Si quieren ver algo diferente a lo que se hace en México en materia de televisión, no dejen de echarle un ojo a El cártel de los sapos. Puede ayudar a entender mucho de lo que por desgracia acontece en estos momentos en nuestro país.

domingo, 15 de marzo de 2009

Cinco meses, cinco*


Despertar y verlo así, perfecto-imperfecto, despeinado y tan bello, sumido en un sueño profundo, sereno, protegido por mí, por su niña que a la vez es protegida por él, con mis brazos rodeando su cuerpo y mi cabeza sobre su pecho, ese sitio tan grácil y cómodo que es su pecho, con su brazo rodeando mi cabeza, vueltos uno, enamorados, juntos, muy juntos, pero no revueltos. Impregnar mí día con su cálido aroma cuando despierta, quererme robar en un larguísimo y delicioso abrazo un cachito de él cuando nos tenemos que separar; llegar a la monotonía del trabajo con esa extraña pero intensamente gratificante sensación en la panza, cuando sientes que mil mariposas se escaparon del campo y se posaron en tu interior, cuando caminas en una nube que lleva su nombre y una descarada sonrisa que le grita al mundo: “Sí, es mi novio ¿y qué?”. Los mirones son de palo.
Sentir la seguridad de que hay un sólido apoyo debajo cuando me estoy desmoronando, cuando no sé a dónde ir porque camino sin un rumbo fijo, camino y camino hacia ninguna parte, como una estatua de sal que con cada paso se va quedando a cachitos en el sendero y él, con esas caricias que me estremecen y me ponen la piel chinita, que tanto me gustan, va recogiendo los granitos de sal y me lleva arriba. Hoy, estoy aquí por él, aunque suene tonto, aunque suene cursi, esa es la verdad y no hay por qué esconderla.
Sentirme en una emocionante montaña rusa, tan niña y tan mujer como quiera, eso que a él tanto le gusta. Su ser tan impredecible que me encanta, las carcajadas que me arranca en cada locura que hace por verme sonreír, por verme feliz. Más feliz no podría ser, con él lo tengo todo y no necesito nada más, el tiempo se detiene cuando estamos juntos, no existen horarios ni cambios climáticos, sólo los internos. Su intelecto que me seduce sobremanera, que me atrajo desde el primer momento a través de esa mirada enigmática y hermosa, de esos ojos que me vuelven loca.
Haber reconstruido mi corazón después de un fallido intento amoroso, humillante y doloroso y el ir aprendiendo cosas de él; todos los días aprendo algo nuevo, todos los días me siento un poco más viva, con más ganas y una rara luz interna que me impulsa: su amor.
Hacerlo sentir como un niño de mi edad, hacer bobadas y reírnos hasta que nos duela la barriga, comer chatarra como dos escuincles y ver películas sin cansancio, así como aprender de los ritmos de cada quien, de cada edad, de cada persona, ser pacientes y tolerantes.
La seducción que existe entre los dos con una mirada o un apretoncito de manos cuando nos tenemos que portar como gente decente y guardar las formas, como la que existe cuando estamos solos y abandonamos al mundo. Todo eso es estar con él, presumirlo porque tengo por qué, sentirme la mujer más feliz y afortunada del mundo, todo eso ha sido conocerlo y amarlo, todo eso ha pasado en cinco meses y con seguridad puedo decir que es apenas el principio.

*Texto escrito por Denisse, mi niña, el 28 de febrero pasado, en su blog La puerta abierta (http://www.denisseberman.blogspot.com/). Lo reproduzco hoy (porque me gustó mucho), justo cuando cumplimos cinco meses de estar juntos y felices.

sábado, 14 de marzo de 2009

Mark Twain y las avispas*


Dice Mark Twain, en una parte de su divertida novela Wilson, el chiflado: “Adán era solamente humano; eso lo explica todo. No deseó a la manzana por la manzana misma, la deseó porque estaba prohibida. El error fue no prohibir a la serpiente, porque entonces él se la hubiera comido”.
Hace cerca de dos años, en mayo de 2007, escribí en esta misma columna: “¿Ha golpeado usted a un avispero? ¿Sabe a lo que se expone al hacerlo? Por supuesto: a que cientos de avispas embravecidas y delirantes se lancen contra su persona para aguijonearla, hasta dejarla en calidad de masa informe. Para meterse con esos agresivos himenópteros, hay que pensarlo dos veces y estar lo suficientemente preparado, a fin de resistir su ciego ataque”.
Estamos en marzo de 2009 y las avispas se encuentran cada vez más enfurecidas e incontrolables. Por más recursos insecticidas que se han usado en su contra, su poder de respuesta parece que no disminuye sino que se incrementa. La espiral de violencia que hace veintidós meses ya era terrible, hoy ha visto multiplicados en forma exponencial sus devastadores efectos y no hay visos de que vaya a disminuir incluso en el largo plazo.
¿Ha valido la pena la guerra desatada contra las avispas? Para volver a las palabras de Mark Twain: si Adán se comió la manzana, fue porque estaba prohibida. Lo mismo sucede con las drogas. Son un gran negocio porque están prohibidas. ¿Cuánta sangre, cuántas muertes se podrían evitar si el tema se tratara sin prejuicios y se viera la conveniencia de regular la producción, la venta y el consumo de estupefacientes –y no sólo de la marihuana-, en lugar de seguir embarcados en una guerra que no tiene fin? ¿Cuántos recursos podrían mejor emplearse en cuestiones como la salud y la educación, en vez de quemarlos con el fuego de las balaceras?
Para decirlo con el propio Twain: “La instrucción lo es todo. El durazno fue una vez una almendra amarga; la coliflor no es más que una col con educación universitaria”. Sembremos coles y duraznos en lugar de metralla.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 13 de marzo de 2009

De ayer jueves y hoy viernes


Anoche llovía cuando fui al depto de M, en la Condesa, a fin de llevarle unos papeles relacionados con una colaboración sobre París que escribí para la revista de la cual es editora. Platicamos un rato de manera muy agradable. Regresé en el metrobús. La lluvia se había quitado cuando llegué a mi hogar. Denisse me mandó en ese momento un mensaje de texto. Unos ladrones habían robado uno de los departamentos del edificio donde está viviendo temporalmente y tenía miedo. Convenimos en que tomara un radiotaxi y se lanzara para acá. Se quedó aquí mucho más tranquila. Ya hoy se fue temprano a su trabajo, luego al ensayo de la obra (8 mujeres) que va a reponer con la compañía de la que es parte y todo regresó a la tranquilidad.

jueves, 12 de marzo de 2009

Afortunado en el amor...


..., desafortunado en el juego. Así reza un dicho popular. Ciertamente, a lo largo de mi vida y hasta octubre del año pasado, yo había sufrido varios descalabros en el terreno amoroso, debido a mi timidez primero y a mi afán por enamorarme de mujeres imposibles después. Pero apareció Denisse y todo cambió al respecto: me volví afortunado en el amor. Sin embargo, si traducimos juego como trabajo, las cosas se transformaron de tal modo en ese campo que lo que había sido tranquilidad económica (y que incluso me permitió hacer un viaje a París hace medio año), se tornó de manera repentina en desasosiego y en una considerable baja en mis ingresos. Cierto que a pesar de la crisis financiera mundial hay algunos proyectos en puerta, pero son a mediano y largo plazos y de pronto me entra la angustia por lo inmediato. Sé que hay gente en mucho peor situación que la mía, pero no deja de ser preocupante que el nivel de gastos amenace con volverse superior al de ingresos. Espero pronto poder desmentir al dichoso refrán y seguir siendo afortunado en el amor..., pero también en el juego (del trabajo). Los dados están echados.

miércoles, 11 de marzo de 2009

La agonía de una mosca


Ese es el nombre de un poema mío que encontré el otro día en un viejo cuaderno. Está fechado el 4 de junio de 1972 (hace casi treinta y siete años, cuando yo tenía diecisiete) y no deja de ser curioso que lleve el nombre de la revista que fundaríamos veintidós años después, en 1994. Sin embargo, el texto se refiere a una mosca del reino animal, a un insecto al que vi, según recuerdo, mientras agonizaba en mi casa (en ese entonces, yo vivía con mi familia en el número 84 de la calle Magisterio Nacional, en Tlalpan). Lo reproduzco como una curiosidad, justo cuando la otra Mosca da visos de despertar de su segunda hibernación o de reencarnar con otra forma. Helo aquí:

Un zumbido doloroso.
Volteo al suelo,
Ahí estás, pequeña, muriendo,
revolcándote con un dolor que no alcanzo a comprender.
Te revuelcas desesperada,
tal vez esperando por un pisotón que termine con tu agonía.
Agonía animal,
pero igual de triste.
¿Y quién se da cuenta de que mueres?
Nadie.
¿A quién le importa?
Mosca molesta y sucia,
mosca negra y golosa,
mosca.
¿Cuál es la razón de tu existir?
¿Acaso sirves para algo
o estás señalada con la mancha de lo indeseable?
¿Acaso eres mala?
¿Más mala que yo?
No, ni pensarlo.
Mosca, insecto, hombre.
Mosca triste e incapaz.
Mueres y me duele,
aunque no sirvas.
Ojalá lo entendieras.
Mosca, mañana estarás muerta
o tal vez en tres segundos,
pero no hiciste caer a tu madre.
Mosca, te amo.

martes, 10 de marzo de 2009

Segunda junta


Hoy tuvimos la segunda junta formal con el equipo con el cual estoy trabajando el nuevo proyecto. Aún no estoy autorizado para dar detalles, pero puedo decir que las cosas siguen bien y que las vemos con optimismo.

lunes, 9 de marzo de 2009

¿Equidad de género?


Ya que ayer hablaba sobre el Día Internacional de la Mujer, ¿qué tal este contradictorio texto del Gobierno del DF, colocado en un cartel dentro de algunas estaciones del Metrobús?:

"Equidad de género en el transporte.
Lugares preferentes para las mujeres"

¿Cómo puede haber equidad de género cuando se da preferencia en los lugares a uno de los dos sexos? Digo, la medida me parece correcta para evitar manoseos y abusos, etcétera. Eso puede llamarse de muchas maneras (justicia, precaución, moralismo, civilidad, convivencia), pero..., ¿equidad?

domingo, 8 de marzo de 2009

Para hoy que es el Día internacional de la mujer...


... quiero nombrar a muchas de ellas. Empiezo por Dennisse Berman, mi amada Denisse, y prosigo con otras bellas que han sido fundamentales -para bien y/o para mal- en mi vida: Irma Larios, Rosemarie Amore, Rosa Olivia Hellion, Yuriria Pantoja, María José Cortés, Gabriela Sánchez, Paulina Chávez y también Conchita Bellot, Patricia Medina, Beatriz Santana, Leyla Islas, Verónica Morales, Giovanna Moya y mis queridas parientes Rebeca Michel (mi madre), Myrna e Ivette García Michel (mis hermanas), Viridiana y Leyla (mis sobrinas), Rosita y Jazmín (mis hijas morales), Martha, Marcela, Guadalupe y María Fernanda (mis primas García), Dora (q.e.p.d.), Irma, Leticia y Ruth (mis primas Michel), doña Guadalupe Ayala de García y doña María Ruelas de Michel (mis abuelas), mi nuera Hallet, mis sobrinas segundas Marifer y Ximena, mi nieta moral Isaura y mis entrañables amigas Karem Martínez, Verónica Maza, Claudia Sánchez, Yareni Torres, Diana Barreto, Talía Chavira, Tatiana Maillard, Isadora Hastings, Kattia Hernández, Alejandra Maza, Regina Maza, Letto Belquia, Leticia Zwittag, Sandra Guevara, Elizabeth Gallardo y Esperanza Ramírez… y más amigas queridísimas: Claudia Amador, Teresa Horcasitas, María Emilia Martínez, Laura Vázquez, Sol Waldo, Margarita Cerviño, Gaby Ricoy, Elena Santibánez, Lupita Rosas, Giuliana Vega, Paula Watson, Liliana Guevara, Mónica Garza, Nora González, Jimena Colunga, Malena Rouge, Fernanda Solórzano, Zazil, Marianne Amore, Adriana Díaz Enciso, Adriana Cruz, Claudia Elvira Sánchez, Fabiola Cantú, Dharia Lézin, Gaby Boo, Ayelén Hernández, Brenda Hernández, Lissette Jassan, Graciela (Hobbit), Susi Lozano, Anna Stephens, Monica Romo, Lilián López Camberos, Sylvia Estrada, Míriam Canales, Jess Márquez, Mónica Campbell, Moni Mateos, Leonor Rey, Jimena Rivera, Fabiola Rivera, Marisol Rueda, Isadora Mora, Marisol Gasé, Tere Mejía, Joceline Quiles, Karina Almaraz, Paola García, Angy, Ana Laura Avendaño, Adriana Bernal, Susana Moscatel, Gaby Nava, Elizabeth Garci, Constanza Rojas, Laura Lecuona, Esther Návar, Penny Lane, Aremy Rergis, Liliana López, Sara Silva, Cynthia Márquez, Mariana Bonilla, Laura Talavera, Magos Herrera, Iraida Noriega, Mariana Blanco, Fabiola Hinojosa, Xóchitl, Yu-Mei, Mayra Insunza, Alejandra García, Angélica Lúa, Nancy de la Peña, Graciela Martínez, Olivia Eljure, Lourdes Arenas, Roberta Garza, Mariannela Cataño, Dulce Chiang, Jocelyn Lara, Mónica Frías, Ileana Gordillo, Alicia Muñoz, Jaramar, Maru Enríquez, Claudia de la Concha, Sofía Niño, Julieta Venegas, Ivonne Venegas, Jessy Bulbo, Ali Gardoki, Julieta Marón, Sara Valenzuela, Rita Guerrero, Sandra Cuevas, Leika Mochán, Dora Juárez, Leticia Servín, Tania Arias, Roxanna Andrade, Anabel Castañón, Fernanda Martínez, Susana San José, Diana Fernández, Mónica Flores, Anís Rangel, Alejandra Pérez Vega, Sofía Blanco, María Caballero, Alma Castro, Aimah, Alejandra Medina, Rosario Valeriano, Becky Espinosa y algunas más que así de golpe quizá se me pasaron. Gracias a todas y un recuerdo para Juanita, quien nos mira desde el cielo de diamantes.

sábado, 7 de marzo de 2009

PRImero tu romance*


Ese es el nombre de una de las secciones que ostenta la página en internet del comité estatal del PRI en Tamaulipas, sección que ofrece a militantes y simpatizantes tricolores la posibilidad de conseguir pareja. Mientras en el PAN están desesperados por subir en las encuestas y ponen a su cómico de cabecera, Germán Martínez, a adoptar actitudes histéricas y mientras en el PRD se encuentran ansiosos por hacer de su ininteligible cocinerita una estrella infantil a la altura de lo que algún día fueron Petuka y Petaka, los priistas tamaulipecos se ocupan de los corazones solitarios y con ello ganan no sólo votos, sino el cariño de millones de mexicanos (y mexicanas).
La idea de PRImero tu romance (“el sitio para relaciones personales con más crecimiento en la web”, según sus creadores) resulta francamente muy conmovedora. Imagínese usted la posibilidad de conseguir por ese medio una novia con aspiraciones a diputada local por Ciudad Mante (que rima con amante) o un prometido en vías de convertirse en edil de Nuevo Laredo. Amor y hueso en una sola jugada. Eso es preocuparse por la ciudadanía sin demagogia o discursos huecos. Nunca mejor dicho aquello de hechos son amores.
Entre los apartados que contiene PRImero tu romance, podemos destacar algunos como “Consejos para enamorar” (“Tienes que oler a ducha reciente, la cara bien limpia, el rostro brillante” o “Habla con tu mirada, con tus gestos, tus ojos deben expresar poco a poco lo que tu corazón siente”) y “Un juego para ligar rápido”, lo mismo que compatibilidades zodiacales y una guía para leer la mano.
No cabe duda que al cumplir sus primeros ochenta años de existencia, el PRI está agarrando su segundo aire y lo demuestra no sólo con la gran posibilidad de ganar las elecciones de este próximo julio (y las del 2012 también, faltaba más), sino con esta clase de detallazos que enseñan su alto grado de sensibilidad humana.
“Para enamorar, saca el mejor partido de ti”, dicen en PRImero tu romance. Eso es lo que está haciendo el PRI. Qué lindo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 6 de marzo de 2009

Retrato infantil


Ojos vivos, más que vivos,
vivaces, vivificantes.
Mirada de alba humedecida.
Amanecer de flor errante, desenraizada.
Tu polen habría de volar,
llevado por aires encontrados,
a todas partes, a ninguna.
Niña de boca violeta.
Labios delgados que no empobrecen
al prometer un mañana
que es ayer
y anteayer
y hoy que fenece agosto.
Mejillas de sándalo,
sonrientes carrillos.
Fulgor de luna sin noche
que desierta vez
alguien no vería contigo.
Niña de dulce.
De piloncillo niña.
Terrón de niña azucarada.
Besar tu frente quisiera.
Cubrirte con un manto de azucenas
y al tiempo que adormeces los ojos
(vivos, más que vivos,
vivaces, vivificantes),
entonarte una canción de cuna,
para que duermas
tranquila y suave,
inocente,
como la mujer niña que eres,
que sigues siendo,
desde el fondo de tu retrato de infanta,
hasta la superficie caoba
de tu hechicera presencia.

(Agosto de 1994)

jueves, 5 de marzo de 2009

La compañía


Al salir del trabajo, Denisse llegó a mi casa para pasar el resto del jueves conmigo. Entre otras cosas, vimos en DVD la película The Company (2003) de Robert Altman, a la que Videomax le puso el absurdo título en español de El acto (?). Una historia escrita y producida por la actriz Neve Campbell, con ella misma, el gran Malcolm McDowell (el Alex de A Clockwork Orange, 1971, de Stanley Kubrick), James Franco y el maravilloso Joffrey Ballet de Chicago como gran protagonista del filme. No es un filme para todo el mundo. Se requiere de un gusto por la danza clásica y moderna a fin de gozar como se debe de las puestas en escena, los ensayos y todo lo que hay detrás de una compañia de ballet. La dirección de Altman, experto en manejar a la vez varias historias que se entrecruzan, es impecable, elegante, espléndida, lo mismo que las actuaciones, la música, la fotografía y la edición. Fue la penúltima película dirigida por el realizador de cintas tan geniales como Nashville (1975), The Player (1992), Short Cuts (1993) y Gosford Park (2001), entre tantas otras. La Dení y yo la disfrutamos mucho.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Algo más sobre la publicidad


Alguien me preguntaba el otro día por qué incluí publicidad en este blog y a la semana la quité, que si esto último fue por la presión de algunos lectores descontentos, etcétera. Pues no. La verdad es que la puse por mera curiosidad y para ver si se trataba de algo funcional. Me di el plazo exacto de ocho días y pasado éste, decidí quitarla por una sencilla razón: no me gustó cómo se veía. Así entonces, fueron causas de orden estético las que me llevaron a dejar a un lado los anuncios. Tan Tan.

martes, 3 de marzo de 2009

¡Diantre de lagartija!*


El pasado 21 de febrero, Fannie Kauffman, Vitola, dejó de existir, a los ochenta y cuatro años de edad. Vayan las siguientes líneas como un sincero y humilde homenaje a la gran flaca.

Flaca. Flaquísima. Larguirucha y aflautada. Su cuerpo semejaba una letra i latina y su rostro, de similares contornos alongados, era el complemento perfecto para hacer de aquella mujer una especie de dibujo animado con vida propia. Nariz grande, boca de labios delgados, quijada acentuada, ojos expresivos y desorbitados, facciones que conformaban a un rostro vivaz, delirante, colocado sobre un cuello grácil que mediaba entre unos hombros huesudos y puntiagudos. Bastaba mirarla para que la sonrisa apareciera en la cara del espectador; pero al oírla hablar y verla actuar, la sonrisa tornaba a risa y ésta a carcajada. Su vis cómica resultaba natural, congénita, inevitable. Era Vitola, apodo que se convirtió en nombre propio, en marca de fábrica. Vitola: la antimusa de Tin Tan. Vitola: la antidiva del cine nacional. Vitola: la imposible cantante de ópera. Vitola: la canadiense que se volvió cubana y más tarde mexicana. Vitola: sinónimo de flacura al nivel del Rocinante de Don Quijote.

Flaca y sabrosa
Tal vez la escena más emblemática de esta singular actriz sea aquella en la que apareció por primera vez en la pantalla cinematográfica, al lado de Germán Valdés Tin Tan. Corrían una hora y veintitrés minutos de El rey del barrio (1949) de Gilberto Martínez Solares, estelarizada por el propio Tin Tan y Silvia Pinal, cuando en una estrambótica secuencia, el personaje que interpretaba el cómico llegaba a una rica casona, ataviado de traje, bastón y bombín, con gran bigote y piocha postizos, mientras se hacía pasar por un profesor de canto de origen italiano. La dueña de la casa era una mujer millonaria y flaca como una vara: La Nena. Con ceñido vestido de lentejuelas y grandes plumas en la cabeza, la mujer veía acentuada su alargada y esperpéntica silueta (“¡Qué bella, parece vela!”, le decía Tin Tan en españitaliano). Sentada al piano, luego de que el maestro la había despojado de pulseras y collar “para que no le pesen al tocar”, empezaba a cantar un aria operística (“Sempre Libera”, de La Traviata de Giuseppe Verdi), mientras el otro se burlaba de ella a sus espaldas (con risas de sorna que llevaban el compás de la música) y trataba vanamente de encontrar el momento propicio para golpearla en la cabeza. Luego él se sumaba a la pieza, en un dueto hilarante, e intercalaba en la letra la palabra “flaca”, a lo que ella respondía, sin perder la melodía y casi imperceptiblemente: “flaca y sabrosa”). Al final, ambos se enfrascaban en un enloquecido duelo de agudos que derivaba en literales cacaraqueos y en un fallido intento de ahorcamiento que Tin Tan trataba de disimular con entusiastas exclamaciones: “¡Maravilloso, canta usted como un ruiseñor! ¡Es usted un canario! ¡Es usted un cenzontle! ¡Es usted un verdadero chichicuilote!”.
Todo culminaba de la manera más surreal, con ambos personajes bailando con fe un irresistible mambo.

Alias Fannie Kauffman
Vitola nació el 11 de abril de 1927, en Toronto, Canadá. Sus padres, los Kauffman Weiner, la bautizaron con el nombre de Fannie y al poco tiempo la familia emigró a La Habana, Cuba, donde viviría durante cerca de dos décadas. Fue ahí donde la pequeña comenzó su carrera artística. Empezó a estudiar canto a los ocho años, pues su sueño era convertirse en una diva de la ópera. También estudió danza clásica, pero pronto descubrió que le gustaba la actuación y debido a su natural simpatía, lo que más se le facilitaba era la comedia. En 1938, sus papás la llevaron a hacer una prueba para un nuevo programa de radio que se llamaría La escuelita diaria. La talentosa chiquilla se quedó con el papel principal, al lado de dos famosos cómicos habaneros: Agapito y Timoteo.. Fue en esa emisión que ella adoptó el sobrenombre de Vitola, que era una marca muy prestigiada de puros cubanos.
Todo parecía indicar que Fannie iniciaba una prometedora carrera en Cuba. Sin embargo, en 1946 sus progenitores decidieron mudarse a México.

Adelante, mi chiflido
Instalados en el Distrito Federal justo al inicio del sexenio alemanista, los Kauffman apoyaron a su hija para que siguiera en la carrera actoral, ya que la idea de ser cantante de ópera había sido desechada por la propia joven de diecinueve años, debido a que –según comentaría ella misma muchos años después- “por mi delgadez y mi cara, la gente se reía de mí; no por no saber cantar, sino por mis gesticulaciones que provocaban la carcajada”. Fue así como, en ese mismo 1946, pudo realizar un pequeño papel en la cinta de Ramón Peón Se acabaron las mujeres, al lado de Miguel Bermejo y Rosita Fornés. El impacto de la delgadísima actriz en aquella gris película fue prácticamente nulo y prefirió refugiarse en los escenarios teatrales, mismos que le eran más familiares. Fue por ese entonces que contrajo matrimonio con el diplomático mexicano Humberto Elizondo Alardine, quien se enamoró de ella y la cortejó hasta llevarla al altar. Contaba Vitola que una vez, al salir de una función, “(Humberto) me fue a ver al camerino y me dijo: ‘La invito a cenar’. ‘Pues vámonos, le respondí’. Era yo muy aventada. Luego nos seguimos viendo y viendo hasta que de pronto me afirmó: ‘Me quiero casar contigo’. Nos casamos y en seguida nació mi primer hijo (quien se convertiría en el actor Humberto Elizondo)”.
Tres años más tarde, mientras participaba en una obra cómica en el teatro Arbeu, alguien llegó de incógnito a verla. Ella no podía imaginar que mientras actuaba en el tablado, desde un palco era mirada por los ojos atentos de uno de los actores más populares del México de los años cuarenta. Al día siguiente, un representante de Germán Valdés, el famoso Tin Tan, se presentaba ante Vitola con el fin de ofrecerle un contrato para la próxima película del cómico. Era 1949 y la actriz quedó ligada al proyecto de El rey del barrio, en el cual su personaje –la ya mencionada Nena- se enamoraba de Tin Tan (quien le ponía motes como Libélula o Mi chiflido), pero éste sólo la usaba para sacarle dinero (y decirle cosas como “qué diantre de lagartija tan avorazada y tan mal alimentada”) y luego la dejaba por su Carmelita (Silvia Pinal). Sin embargo, Vitola –es decir, La Nena- obtenía un premio: se casaba con El Carnal Marcelo y procreaban a un par de gemelitos.

Envenenada con champán
En total, fueron veintidós las cintas en las cuales Vitola alternó con Tin Tan. De entre ellas, cabe destacar a algunas como ¡Ay amor, cómo me has puesto! (1950, en la que la actriz aparecía como una traficante embaucadora), El vizconde de Montecristo (1954, en la que salía en el papel de asistente personal del vizconde) y Los líos de Barba Azul (1954, en la que hacía de una cantante de ópera a quien su marido envenenaba con champán). También participó en otras películas tintanescas como Viaje a la luna (1957), El fantasma de la opereta (1959), El tesoro del Rey Salomón (1962), Tin Tan, el hombre mono (1962) e incluso en Las tarántulas (1971), de la serie de filmes sobre Chanoc en los que participó un Germán Valdés ya en decadencia.
Vitola formó parte del sólido equipo de actores y escritores que Tin Tan mantuvo con él a lo largo de varios años, especialmente cuando colaboró con el realizador Gilberto Martínez Solares. Además de la actriz, en dicho staff estaban también el actor y gran guionista Juan García El Peralvillo, el actor y luchador Wolf Ruvinskis, el actor cómico Joaquín García Borolas, el extraordinario actor enano René Ruiz Martínez Tun Tun, así como Ramón Valdés (hermano del propio Germán) y, por supuesto, el entrañable Marcelo Chávez.

Más allá de Tin Tan
A pesar de su estrecha relación con Tin Tan, Vitola hizo una carrera que incluyó teatro, televisión y cine con otros directores y actores. Así, participó en cintas como También de dolor se canta (1950) de René Cardona, al lado de Pedro Infante y Óscar Pulido, en la que daba vida a la esposa cómicamente histérica de éste y madre de aquél; Miradas que matan (1954) de Fernando Cortés, al lado de Adalberto Martínez Resortes, otro de sus grandes amigos de vida; Club de señoritas (1955) de Gilberto Martínez Solares, con parte del equipo de Tin Tan pero sin Tin Tan (la estrella era Joaquín Pardavé); El hombre de papel (1963) de Ismael Rodríguez, drama con Ignacio López Tarso en el que Vitola interpretó a una madura prostituta; Lola la Trailera (1983) de Raúl Fernández, con la inefable Rosa Gloria Chagoyán. La última cinta de las cerca de cuarenta en las cuales participó Fannie Kauffman fue la más bien lamentable Metiche y encajoso (1989) de Alejandro Todd, al lado de Luis de Alba y Edna Bolkan.
Con tres matrimonios y tres divorcios a cuestas que le dieron cuatro hijos (los dos más jóvenes murieron en 1987), Vitola decidió dejar la actuación por completo al cumplir los setenta y dos años, en 1997. Casi toda su fortuna (incluidas dos mansiones) la perdió en el poker y al final sólo se quedó con una casa en la calle de Uxmal, en la colonia Narvarte, donde pasó sus últimos años. Ahora que ya no está, quedan sus películas y el grato recuerdo de una mujer que dio a la gente algo que muy pocos pueden darle: la posibilidad de reír.
Como diría Tin Tan: ¡diantre de lagartija!

*Publicado esta semana en la revista Milenio Semanal No. 593. De venta en puestos de periódicos y locales cerrados.

lunes, 2 de marzo de 2009

Tres días


Antenoche vino a visitarme mi amiga Yareni (foto), quien por el momento sigue viviendo fuera del DF. Me dio mucho gusto verla y platicar con ella después de más de tres meses de no hacerlo. Ayer pasé aquí el día que resultó televisivamente muy futbolero (Manchester United-Tottenham, Pumas-Tigres, San Lorenzo-River Plate, Inter-Roma, América-Santos; puf... y eso que no tengo Sky, porque si no hubiera visto el Atlético de Madrid-Barcelona). Ya hoy fue un lunes tranquilo, con algunas cosas que escribir. En la noche fui a recoger a Denisse a su curso de teatro-carpa. Tres días calmos y positivos dentro de todo.

domingo, 1 de marzo de 2009

El hombre que las traía muertas*


El pasado viernes 27 de febrero se cumplieron exactos veinte años de la muerte física de Mauricio Garcés, un actor que marcó una época e impuso un estilo, el del galán otoñal y varonil, macho y seductor, agresivo y, sobre todo, humorístico.

Alguien le pidió alguna vez a Mauricio Garcés un par de consejos para conquistar a las mujeres y desde entonces ambos se me quedaron incrustados en la cabeza (si he sabido o no ponerlos en práctica, eso ya es harina de otro costal). El galán sine qua non del cine mexicano dijo, desde su enorme sabiduría y su indiscutible experiencia: “Consejo número uno: hazlas reír mucho. Consejo número dos: vuélvete imprescindible y luego desaparece”.
  Aunque de unos años a la fecha la raza condechi-coyoacanera lo adoptó como uno de sus personajes cliché (a raíz sobre todo del surgimiento de la música lounge y toda la parafernalia que la rodea) y de alguna forma lo trivializó, Garcés soportó el embate de los snobs y su figura logró sobreponerse para valer por sí misma y no por ser un simple objeto de moda (algo que ya sucedió alguna vez con Tin Tan y que ahora acontece desdichadamente con El Santo).

  Mauricio Ferez Yázbek nació el 16 de diciembre de 1926, en el puerto de Tampico, Tamaulipas. Sus padres eran de origen libanés y tuvieron que emigrar al Distrito Federal algunos años después, por problemas económicos derivados de la expropiación petrolera de 1938. En la capital de la república, el joven Mauricio fue un buen estudiante y llegó a la Universidad Nacional. Su idea era la de titularse en la carrera de Ciencias Químicas, pero una nueva crisis en las finanzas familiares lo obligó a dejar la escuela y buscar empleo.
  El futuro histrión trabajó lo mismo de cobrador para una tienda de muebles que como redactor en un diario, hasta que dos tíos lo introdujeron en el mundo de la farándula. En 1950, uno de ellos, José Yázbek, quien era productor fílmico, decidió incluir a su sobrino de 24 años en el reparto de la cinta La muerte enamorada de Alberto Zacarías, con Miroslava y Fernando Fernández en los papeles principales. El muchacho sólo tuvo que decir algunas líneas, pero la magia del cine lo deslumbró y decidió dedicarse de lleno a la actuación. Fue en ese momento que adoptó al Garcés como apellido artístico, ya que era admirador de Clark Gable y Cary Grant y en homenaje a sus ídolos quiso ostentar un nombre que empezara con la letra G.
  El flamante actor participó en otros filmes, casi todos sin importancia, y laboró en la radio, en la XEQ y la XEW, pero seguía siendo uno entre muchos, hasta que tuvo la oportunidad de entrar a la televisión en Gutierritos, al lado de Rafael Banquells, telenovela en la cual le hacía la vida de cuadritos a más de una secretaria de la oficina donde se desarrollaba la trama, y en el programa cómico musical Cita Ponds, con Chucho Salinas, lo que le dio una repentina popularidad por su frescura, su gracia y su varonil presencia.

  Vinieron entonces muchas películas y emisiones televisivas, hasta que en 1967 su carrera y su vida dieron un viraje definitivo, cuando la productora Ángelica Ortiz y el director Carlos Velo lo contrataron para estelarizar la cinta Don Juan 67, en la que dio forma al personaje que lo inmortalizaría, el del galanazo elegante e irresistible que habría de reinterpretar en un sinfín de filmes.
  Gran improvisador y lleno de ingenio, el actor fue enriqueciendo a su alter ego cinematográfico con frases que a fuerza de repetir se volvieron clásicas. “Dios sabe que tengo miles de razones para ser vanidoso”, “De chiquito era tan bonito que me rentaron para niño Dios”, “Yo sólo me dedico a hacer felices a las mujeres”, “¡Chiquitita!”, “No soy presumido, ¿pero de qué sirve mi humilde opinión contra la de los espejos?”,“Te voy a hacer pedazos”, “Suertuda”, “Les tengo una excelente noticia: ya llegué”, “Debe ser horrible tenerme y después perderme” y, sobre todo, “Las traigo muertas” y su genial “Arrooooz”.
  Con su sonrisa sarcástica, su mordacidad implacable, su irónica autosuficiencia, su cinismo casanovesco, su delicioso sexismo (alguien como él hoy sería considerado políticamente incorrecto), el play boy mexicano por antonomasia hizo escuela en películas tan divertidas como El día de la boda (1967), El matrimonio es como el demonio (1967), Click, fotógrafo de señoras (1967), El criado malcriado (1968), Modisto de señoras (1969), Departamento de soltero (1969), Fray Don Juan (1969), El sinvergüenza (1971), Vidita negra (1971), El sátiro (1980) y varias más.

  Se cuenta que el ya mencionado Tin Tan es el actor mexicano que más mujeres llegó a besar en pantalla. Ciertamente, el gran Maurice no le queda muy a la zaga. Entre las actrices que compartieron créditos (y ósculos) con el implacable galán podemos contar a Silvia Pinal, Angélica María, Elsa Aguirre, Gloria Marín, Zulma Fayad, Amedee Chabot, Irma Lozano, Rosa María Vázquez, Claudia Islas y hasta la cantante Roberta.
  Los últimos años de Garcés fueron más bien tristes y hasta un tanto decadentes. En 1985 estuvo a punto de perder la voz y debió ser operado de la garganta. Apenas recuperado y dada su mala situación económica, al año siguiente aceptó participar en la serie de televisión Las aventuras de Lenguardo, lo cual no ayudó a acrecentar su prestigio sino todo lo contrario. Así, hasta que en 1989 falleció de un enfisema pulmonar, lejos de los reflectores y en la mayor de las pobrezas. Su modesta tumba, en el Panteón Francés de La Piedad, fue pagada por algunos de los escasos amigos que le quedaban.
  Muchas leyendas se han tejido alrededor de la personalidad de Mauricio Garcés (que si en la vida real era más erotómano que en sus películas, que si era un homosexual reprimido, que si padecía de complejo de Edipo –nunca negó el gran apego que lo unía a su madre–, que si tenía adicción por el juego. etcétera), pero lo que queda, lo que vale, lo que realmente importa, son sus películas y el personaje que construyó hasta convertirlo en hito y en mito.
Larga vida a nuestro Don Juan nacional.

*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario.