sábado, 4 de septiembre de 2010

Las travesuras de Germán Dehesa*


En alguna época fui lector frecuente de Germán Dehesa. Luego le perdí un poco la pista a sus textos, pero solía verlo a últimas fechas, al lado de José Ramón Fernández, en Los capitanes de ESPN. Me gustaba su sentido del humor y aunque de pronto pecaba de políticamente correcto, sus ocurrencias eran más bien traviesas e irreverentes, algo que siempre se agradece.
Su muerte parece demasiado prematura. Sólo tenía sesenta y seis años de edad y un enorme afán por seguir viviendo, lo cual hace más dolorosa su partida. Dentro de todos los males, el cáncer que terminó por llevárselo no fue tan agresivo y según me entero, no padeció grandes dolores y falleció con cierta paz, en su sillón favorito, rodeado por sus seres queridos.
La muerte de Dehesa se suma a la de Carlos Monsiváis, dos escritores y agudos observadores de la realidad nacional, quienes con estilos distintos tuvieron como denominador común su ironía y su manejo del lenguaje. Ambos fueron también figuras públicas de marcada popularidad, algo poco usual para los intelectuales.
Sin embargo, Dehesa fue más abierto en su crítica a los políticos mexicanos y su prosa en ese sentido tenía una gracia de la que carecía Monsiváis, más dado al fárrago escritural, a la complicación sintáctica y a la parcialidad partidista.
Mi mayor identificación con don Germán, sin embargo, va por el lado futbolero de las cosas: su amor por los Pumas de la Universidad es algo que comparto por completo.
Dicen los amantes de las frases hechas que Germán Dehesa nos va a hacer mucha falta. Yo creo que la gente buena, crítica y con humor siempre hace falta y que es lamentable que se vaya tan pronto. De hecho, me habría encantado leer lo que hubiese escrito sobre la presunta censura de TV Azteca al programa Shalalá en el que iba a aparecer Andrés Manuel López Obrador (quien alguna vez pidió a los suyos que no leyeran a Dehesa). Posiblemente hubiera dicho algo así como “Anden, brutos, pónganle más alas al Peje”.
Buen viaje, Germán (dice Denisse).

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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