miércoles, 22 de febrero de 2012

La Mosca y yo: Eduardo Mejía

Cuando comencé a escuchar rocanrol, no había tiendas de discos o estaciones de radio, mucho menos revistas especializadas en qué estudiar, entender, contaminarse; durante la época dorada del rock, eran
difíciles de encontrar o sus dueños, locutores, reporteros, eran esnobs, arrogantes o si no impostores. Ahora, cuando la comercialización ha dañado tanto al rock, en La Mosca uno encuentra cuando menos un sustituto de lo que apenas se asoma en las disquerías o en las estaciones de radio. Sólo habría que domesticar su lenguaje muchas veces disfrazado de proletariado, pero tampoco es una exigencia.

Eduardo Mejía

(Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso).

1 comentario:

Antonio Martínez dijo...

Hola Don Hugo: Me habría gustado ser uno de esos criminales de lesa mosquedad.