Debo confesar que me esperaba algo mejor. No que sea una mala película, en absoluto. De hecho es muy buena, exquisita, sensible. Pero por los comentarios que había leído pensé que se trataba de una verdadera obra maestra... y no.
Aun así, Amour, de Michael Heneke, es un filme excelente. Quizá con un ritmo en momentos demasiado pausado (ya se sabe, cuando la lentitud se quiere hacer pasar como algo artístico), pero profundo sobre todo en su reflexión sobre la vejez, la enfermedad y la muerte. Las actuaciones de Emmanuelle Riva, Jean-Louis Trintignant e Isabelle Huppert son soberbias, en especial la de Riva, cuya Anne es un portento de histrionismo contenido y expresivo.
Recomiendo verla, es una cinta magnífica. Sólo no es lo que algunos dicen,
Voila!
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