miércoles, 1 de enero de 2014

2013: un recuento (y II)

México:

Mejor disco: Eclipse de memoria de La Barranca.
Mejor grupo: La Barranca.
Mejor solista: (desierto)
Mejor disco experimental: Infinito de Alex Otaola e Iraida Noriega.
Mejor disco de funk: Quasianimal de Los músicos de José.
Mejor disco de música étnica: Cantos para una diáspora de Dora Juárez Kiczkovsky.
Mejor disco de música versátil: No corro, no grito, no empujo de Triciclo Circus Band.
Mejor disco de avant-garde: Miranda según De Robina de Miranda, Cayetano y De Robina.
Mejor disco de punk rock: Dead Celebration de Maniquí Lázer.
Mejor disco de metal: Vayijel de Vayijel.
Mejor disco de progresivo: Marte en cero de Iris Bringas.
Mejor disco de rock pop: Buenos días de Foeme.
Mejor disco de jazz electrónico: Cinema Mandril de Sr. Mandril.
Mejor disco de jazz: Diego Maroto Asian Trio de Diego Maroto.
Mejor disco de raíces negras: Mudanza de Xavier.

Peor disco: Cómo te voy a olvidar de Los Ángeles Azules & Friends.
Peor grupo: Enjambre.
Peor solista: Empate técnico: Juan Cirerol y Silverio.
Grupo más inenarrable y rey del humorismo involuntario: Los Drágulas.
Peor disco de rock: En México al parecer ya no se graba rock ni siquiera de mala calidad.
Peor disco de rock pop: Programatón de Zoé.
Peor disco de balada pop: Amanecer de Los Daniels.
Peor disco de ska: Mi vida en otro lado de Maskatesta.
Peor disco de rock “latino”: Rock latino de Liquits.
Hecho mas hilarante del año: la instauración por decreto del "Día del rock mexicano".
Hecho más lamentable del año: la participación estelar de los Ángeles Azules en el Vive Latino y la imposición de la cumbia como nuevo subgénero (¿o metagénero?) del rockcito nacional.

(Publicado ayer en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario).

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