A mi parecer, el mejor disco de The Who, a pesar de que Pete Townshend nunca pensó en hacerlo y de que un elemento ajeno al grupo, el productor Glyn Jones, fue quien le dio forma y lo convirtió en uno de los mayores álbumes de rock de todos los tiempos. Paradojas del destino: la frustración de Townshend al no poder realizar su proyecto Lifehouse derivó en una obra fundamental, extraordinaria, fuera de serie, una grabación prácticamente perfecta. Who’s Next (1971) tiene otra ventaja: no es un trabajo conceptual sino una excelente colección de canciones, todas ellas espléndidas. Como novedad instrumental, en este disco aparecen por vez primera los sintetizadores que tanto habían fascinado al guitarrista y que sabe usar con enorme maestría y creatividad, sobre todo en el tema abridor, “Baba O’Riley”, y en el concluyente, “Won’t Get Fooled Again”, aunque se dejan oír en otras partes del álbum, para reforzar y dar cuerpo a las composiciones. En Who’s Next están presentes la fuerza rocanrolera de The Who Sings My Generation y Live At Leeds y la sensibilidad y el sentido armónico y melódico de The Who Sell Out y Tommy. Es de muchas maneras la obra que resume lo que fueron los Who a lo largo de su carrera. Temas estruendosos como los ya mencionados y otros de belleza incomensurable (“The Song Is Over”, “Behind Blue Eyes”, “Getting in Tune”) hacen de este un disco lleno de pasión, rabia, humor, tristeza, alegría, ironía, indignación, fe, amor. Cuatro músicos en plenitud de facultades y nueve canciones impecables. Una joya perfecta. Un álbum de rock and roll.
(Escribí esta reseña para el Especial de La Mosca en la Pared No. 18, publicado en marzo de 2004)
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