El mundo de las redes sociales (un mundo pequeñito que se cree grandotote) se vio convulsionado (es un decir) cuando el sitio Regeneración (ligado a Morena) difundió un video en el cual el presidente Peña Nieto hablaba acerca del populismo frente a sus pares de Canadá y los Estados Unidos, Justin Trudeau y Barack Obama, y cómo supuestamente este último lo contradecía e incluso lo regañaba. Muchos progres se dieron a la tarea de retuitear el video de marras, con comentarios burlones en contra de EPN y defendiendo a muerte al populismo.
Lo que ninguno dijo es que el video estaba editado y que la frase final de Obama (“I do think Enrique's broader point is right”) fue mañosamente mutilada. Pero bueno, ya sabemos cómo se las gastan algunos para falsear y manipular la información con la idea militante de que el fin justifica los medios y de que no importa mentir con tal de que ello sirva a La Causa.
En cuanto a las dos opiniones aparentemente contrarias sobre el populismo (crítica por parte del presidente de México y positiva por parte del mandatario estadounidense), todo se explica fácilmente si vemos que el término de marras significa dos cosas muy distintas en inglés y en español. En nuestro idioma, populismo se entiende como una tendencia política que pretende atraerse a las clases populares, usado más en sentido despectivo (RAE). En inglés, la definición reza: Governmental political movement that promotes the interests of the common people and calls for equality among them (política gubernamental que promueve los intereses del pueblo y busca la igualdad entre ellos). Nada tiene que ver una cosa con la otra. El populismo que defiende Obama significa algo muy diferente al populismo de un Andrés Manuel López Obrador o un Nicolás Maduro. De hecho, en español existe una palabra que se acerca más a la definición inglesa y que es “popularismo”.
Así pues, populismo y populism quieren decir cosas distintas y según mi apreciación al ver el video, los conceptos de Obama no iban dirigidos contra Peña sino contra Donald Trump. Es decir, nada que ver.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
1 comentario:
Bravo. Clap, clap. De aquí a la vocería.
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