martes, 16 de agosto de 2016

Ruta 61


La Ruta 61 (Highway 61, como diría Bob Dylan) es el camino que recorrieron muchos de los grandes maestros del blues estadounidense para trasladarse del sur profundo a ciudades más al norte, como Memphis y Chicago. Es la ruta que representa la evolución del blues rural al blues eléctrico, la simbólica senda iniciática para todo bluesman que se respete.
  El Ruta 61, en cambio, es un bar blusero enclavado en la colonia Hipódromo Condesa, en avenida Baja California casi esquina con Nuevo León, en plena Ciudad de México, y desde hace más de una década representa un bastión para todos los amantes del blues y un lugar en el que grupos y solistas dedicados a ese género primordial han tenido oportunidad de mostrar cada noche sus muy diversos proyectos musicales.
  Dirigido desde un principio por su propietario, el entusiasta Eduardo Serrano, el Ruta 61 ha vivido instantes de gloria y hoy pasa por momentos difíciles que amenazan con su desaparición.
  Amo este lugar en lo particular, porque durante seis años (de 2004 a 2010) toqué ahí con mi grupo Los Pechos Privilegiados y los recuerdos acumulados son muy gratos. Eso en cuanto a lo meramente personal. Pero en otros aspectos, ahí se han presentado no sólo las mejores agrupaciones del blues nacional, sino muchos grandes bluseros de otros países, incluidos Argentina y, por supuesto, los Estados Unidos.
  Decorado como un verdadero blues bar y con un ambiente irresistible, el Ruta 61 merece permanecer abierto y seguir adelante con su magnífica labor en pro del arte y como fuente de empleo para músicos y empleados. Las autoridades de la delegación Cuauhtémoc harían bien en apoyarlo y dar facilidades para su sobrevivencia. Mas en tanto ello sucede, los amantes del blues y de esa fantástica sede podemos apoyarla económicamente por medio del sitio Fondeadora. En la siguiente dirección de internet puede usted conocer los detalles: https://fondeadora.com/projects/salvemos-la-casa-del-blues-en-mexico.
  Salvar al Ruta 61 de la desaparición es sin duda una muy buena obra que su buen oído y su buen gusto musical agradecerán. Porque como decía Gary Moore: “The blues is allright”.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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