A ellas se suma la reciente “Ningún presidente se levanta pensando en cómo joder al país” del presidente Enrique Peña Nieto que, sorpresivamente, no ha sido tan usada en su contra como podría suponerse. Sólo algunos previsibles opinadores lo han hecho sin demasiada fuerza y eso que los índices de popularidad del primer mandatario se encuentran más bajos que nunca.
Esto último me lleva a plantear una duda: ¿si no existieran las redes sociales y la internet, sería tan impopular EPN? O permítaseme una variante de la misma cuestión: ¿si en los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid o Carlos Salinas de Gortari hubiese habido internet y redes cibernéticas (además de encuestas), estos ex presidentes habrían padecido iguales o peores niveles de impopularidad que el actual habitante de Los Pinos? Probablemente sí.
Baste recordar Tlatelolco, las locuras echeverristas, la babilónica corrupción del lopezportillato o las devaluaciones de los años ochenta. Súmele a eso una imaginaria existencia de Twitter y Facebook y ninguno de los precisos habría soportado el peso de la opinión pública..., aunque varios de ellos seguramente habrían tratado de prohibir la inter-red. Después de todo, así se las gastaban en la época del partido hegemónico, algo que solemos olvidar al juzgar los tiempos actuales.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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