Estimados señores senadores del Partido de Acción Nacional:
Por medio de la presente y dado que este año corresponde a ustedes determinar a cuál mexicano notable se otorgará la presea Belisario Domínguez, quiero sumarme a la propuesta de mi compañero de páginas en Milenio, el estupendo escritor y articulista Luis González de Alba, para que la medalla correspondiente a 2016 sea otorgada a Gonzalo Miguel Rivas Cámara, el heroico empleado que el día 12 de diciembre de 2011 ofrendó su vida para salvar de la muerte a cientos de personas que se encontraban en la gasolinera “Eva”, sobre la autopista México-Acapulco, a la altura de la ciudad de Chilpancingo, Guerrero.
Como ya González de Alba ha propalado en las páginas de este diario en diversas ocasiones, ante el incendio provocado que amenazaba con extenderse y volar por los aires no sólo esa gasolinera sino los tanques subterráneos de combustible y la gasolinera al otro lado de la carretera, Gonzalo Rivas no huyó del lugar y aunque no fuese responsabilidad suya, dado que él era encargado de las computadoras y no de las bombas que ardían, se dedicó a apagar el siniestro y a cerrar las válvulas, con tan mala fortuna que el fuego lo alcanzó y lo envolvió fatalmente. Luego de tres semanas de dolorosísima agonía, este valeroso ingeniero de sistemas falleció en un hospital.
Ya Luis comparó el heroísmo de Rivas Cámara con el de Jesús García, el célebre Héroe de Nacozari, y resulta más que justo y obligado que Gonzalo reciba la Medalla Belisario Domínguez, como un homenaje y un reconocimiento a su valor civil y humano y al sacrificio de su vida, al impedir una hecatombe que habría costado centenares de muertos.
Se sabe que hay voces mezquinas que no quisieran que se recordara a Gonzalo Rivas Cámara. Esperemos que ustedes, señores senadores de la República, no hagan eco de ellas y actúen en consecuencia. Se trata, sin duda alguna, de un real servidor de la Patria.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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