Uno de las grupos más importantes del rock de los años sesenta del siglo pasado, padre del rock duro y del rock militante, siempre crítico y siempre directo, fue Steppenwolf, liderado por un joven alemán nacionalizado estadounidense llamado John Kay.
El nombre de la agrupación (primeramente conocida como The Sparrows) estaba tomado del título de una de las obras literarias más célebres de Hermann Hess, la muy leída El lobo estepario. En su primer disco, el homónimo Steppenwolf, grabado en 1968, una de las canciones fundamentales fue “The Pusher” (“El traficante”), pieza que logró una gran fama al ser incluida, junto con “Born to Be Wild” del mismo conjunto, en la banda sonora de la mítica película contracultural Easy Rider de Dennis Hopper (1969).
“The Pusher” no es un tema original de Steppenwolf. La escribió el cantautor norteamericano de country-folk Hoyt Axton (autor también, entre otras, de “Joy to the World” y “Never Been to Spain”, ambas popularizadas por el trío vocal Three Dog Night, así como de “Cocaine”, aunque no la misma que cantaba Eric Clapton y que es de la autoría de J.J. Cale). Se cuenta que Axton compuso la pieza en 1967, a raíz del fallecimiento de uno de sus mejores amigos, muerto a causa de una sobredosis. La letra es una dura crítica contra las drogas duras, pero sobre todo contra los narcotraficantes: “Al traficante no le importa si vives o mueres... / El traficante es un monstruo / Buen Dios, no es un hombre natural / Por unos cuantos centavos / te vende muchos dulces sueños / Ah, pero el traficante arruina tu cuerpo / y lleva tu mente a la locura / Dios maldiga al traficante”.
Es de notar que la letra hace una distinción entre el monstruoso pusher que vende drogas como la heroína, en contraste con el dealer que vende marihuana.
Steppenwolf tomó la canción y la convirtió en un anti himno de una fuerza extraordinaria, con un sólido arreglo cuyo riff es ya legendario. Su poderío resulta escalofriante, sobre todo en la versión en concierto, contenida en el álbum doble Steppenwolf Live de 1970.
Una obra maestra del rock clásico de la cual hay otras dos versiones notables por parte de Nina Simone y del grupo noventero Blind Melon, además de que Neneh Cherry empleó el característico riff del Lobo Estepario en su composición “Trout”, contenida en el estupendo disco Homebrew de 1992. En el corte aparece el cantante Michael Stipe de R.E.M. como voz invitada.
(Texto que escribí para la sección "Historia de una canción" de "Acordes y desacordes", el sitio de música que coordino para la revista Nexosy que se publicó el día de hoy)
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