“Sé que la música Godínez por excelencia es la de Luis Miguel, pero estoy entre poner música de Aleks Syntek o Alex Ubago. ¿A quién recomiendan escuchar en la oficina?”, preguntaba el tuitero Christian Cruz en el mensaje que desencadenó la ira de Aleks Syntek y toda una divertida polémica que se infló como levadura y terminó con la intervención de la mismísima Unicef, para la que Syntek funge como embajador honorario.
Más allá de los memes y de lo meramente anecdótico del asunto, surge algo interesante: la presunta existencia de algo que algunos llaman música Godínez y que no está registrado como género en ningún tratado musical. Sin embargo, dada el ámpula que despertó la estrambótica discusión entre el cantautor ofendido y quienes polemizaron con él en las redes, parece que muchos dan por descontado qué sí existe esa clase de música.
Más allá de correcciones e incorrecciones políticas, sabemos que el término Godínez trasciende su calidad de apellido para ir más allá y caracterizar a cierto estamento social, básicamente el de quienes laboran en oficinas, sobre todo como empleados de medio pelo (delicioso arcaísmo pre milleniall). La palabra es clasista y discriminatoria, sin duda. Injusta también, porque generaliza. Pero es un hecho que se utiliza para calificar socialmente a una tribu urbana realmente existente: la de los godínez (ya sin la mayúscula inicial).
“Musak” llamó John Lennon, en su canción “How Do You Sleep?”, a la música de Paul McCartney y esa musak era definida como “música para oficinas, elevadores y centros comerciales”. Música de fondo, insustancial, vacía, sin alma o contenido. ¿Es musak lo que escuchan los godínez? ¿Se debe a ello la molestia de Aleks Syntek, al ser incluido en ese estanco, en el que algunos también sitúan a Luis Miguel y Álex Ubago?
Creo que se trata de algo subjetivo, pero no del todo desacertado. En lo personal, es música que nada me dice, nada me comunica, nada me hace sentir, aunque es seguro que a otros llega hasta a conmoverlos.
Godínez or not godínez. That is the question.
(Publicado el día de hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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