jueves, 22 de febrero de 2018

La Mosca Redactora en "El perfecto defecto de una minúscula división"

Monterrey, NL. Lett Press. Grupos vienen y grupos van, unos pegan y otros no.. División Minúscula es una banda con diez años de trayectoria y dos discos. Con su primer material nada sucedió, pero el segundo ha tenido una buena recepción. No pongo en duda que los muchachos le echan ganas; sin embargo, no sé si haya tenido que ver que justo ahora el género al cual pertenecen esté de moda y no sólo eso, sino que su Defecto perfecto esté producido por Mauricio Terracina (bajista de Vaquero) y cuente con la colaboración del ahora reconocido Chetes. Porque hoy, División Minúscula está presente en estaciones de radio, programas de TV y hasta tocan en el Teatro Metropólitan. Queda claro entonces que para pegar no es suficiente sólo con ser bueno, también hay que tener contactos eficientes en el medio.
  Conseguir la entrevista fue todo un reto, cuando además fue su equipo quien me la solicitó. Una lástima que sea tan fácil perder el piso. Pero en fin. Finalmente, Alejandro Luque (bajo) fue el único que se dio tiempo para hablar conmigo, pues Javi Blake (voz) y Ricci P. (guitarra) estaban muy ocupados mientras gozaban de sus tragos y Kiko Blake (batería) andaba perdido en el espacio.

¿Alguna vez pensaron que podrían llegar tan lejos, a tocar en el Hard Rock, por ejemplo?
En nuestros principios ni siquiera hubiéramos pensado tocar en el Hard Rock. Siempre hemos sido un grupo muy honesto y la verdad, cuando empezamos nunca fue con la idea de “vamos a tocar para sacar un disco y pegar” (no, en realidad lo que se plantearon fue hacer arte por el arte, convertirse en vanguardia de la música contemporánea y presentarse de manera gratuita –sábados, domingos y días festivos– en los autobuses suburbarnos del municipio de San  Nicolás de los Garza, aclara La Mosca Redactora, disfrazada de la musa Euterpe y con su playera de los Tigres de la Universidad de Nuevo León). Tocábamos para nosotros, lo que nos gustaba, y poco a poco se nos fueron dando las cosas. Tenemos ahorita un buen de seguidores, llegamos a disco de oro, cincuenta mil copias vendidas del Defecto perfecto. Ya tenemos algo de expectativas de que la gente nos apoye y aparte no tendremos los cien mil fans, pero los que tenemos son de mucho corazón (entonces, si no tienen cien mil fans pero vendieron cincuenta mil copias, ello significa que si cada comprador adquiriera dos discos llegarían a los cien mil fans, mismos que así demostrarían tener mucho corazón, calcula La Mosca Redactora, quien suele hacerse bolas con las matemáticas avanzadas).

División Minúscula no es una banda que nació ayer, ¿cuál ha sido su trayectoria?
Ha sido, se puede decir, lenta. Tenemos diez años ya como grupo, con los mismos integrantes. Nuestro primer disco (Extrañando casa) salió en el 2001, después –del 2003 al 2004– nos dimos un receso y sacamos el Defecto perfecto el año pasado. Ha ido todo tranquilo, preferimos ser una banda que dé los pasos correctos y crezca poco a poco, para que se quede mucho tiempo arriba, a ser el hit del año y morir al segundo intento (bueno, con ese ritmo de un disco cada lustro, seguramente llegarán al año 2052 con nueve álbumes que disfrutarán plenamente sus nietos, apunta La Mosca Redactora en plan de gerontóloga). Nuestro nuevo sencillo se llama “Sognaré” (¿“Sognaré? ¿Con “gn” en lugar de “ñ”? Y Dimas le dijo a Gestas: “Qué clase de mamadencias son estas?”, filosofa La Mosca Redactora mientras juega a las mugnecas como nigna gnogna) y es una balada. Con esa canción tenemos la idea de llegar a otro tipo de gente, a la que igual no es tan roquera (menos mal que como dijeron al principio, nunca han tenido la idea de hacer un disco para pegar, comenta La Mosca Redactora, al tiempo que busca en el dial de su radio la canción “Sognaré” en EXA y Stereo Joya). Entonces vamos paso por paso, porque queremos estar aquí por buen tiempo.

¿Por qué Defecto perfecto? ¿Cómo puede ser perfecto un defecto?

Lo titulamos a como veíamos la situación, como nos veíamos a nosotros mismos. Por ejemplo, no nos consideramos los mejores músicos del mundo, ni siquiera de México (ni siquiera de México, repite y recalca La Mosca Redactora, conmovida hasta las lágrimas por la modestia de estos chicos temidos), pero todo lo que tocamos lo tocamos con el corazón (les recomiendo tocar con las manos, es más práctico y efectivo, aconseja La Mosca Redactora, ataviada como ejecutante de bajo sexto en un grupo de redoba norteña). Simplemente, los seres humanos tenemos miles de defectos; ese puede ser como el ejemplo más fácil de un defecto perfecto (o sea…, ¿cómo dijo que dijo?, pregunta La Mosca Redactora, al no comprender ni papa del elevado sofisma protosocrático que acaba de leer). Este disco refleja todas esas cosas que hemos visto, ya sea en la industria, con nuestras amistades, familias, entre nosotros mismos como familia División Minúscula. De hecho, “Defecto perfecto” era una canción que no llegó al compacto, pero se nos hizo muy bueno el nombre y como que así va más o menos la –no sé si así se diga– gramática del disco (hummmm… o podría ser la analogía del larga duración, la sintaxis del álbum, la ortografía del plato o la prosodia del cidi, concluye erudita La Mosca Redactora desde la curul que ocupa amodorrada en la Academia Mexicana de la Lengua).

(Publicada en La Mosca en la Pared. 2007. Entrevistó: Leticia Ortega Zwittag. Comentarios al aire: La Mosca Redactora)

2 comentarios:

Luis G dijo...

Je. Recuerdo muy bien haber leído esta entrevista en la Mosca impresa. Me gustaban mucho las apariciones de la Mosca Redactora y sus comentarios ponzoñosos que evidenciaban la carencia de un discurso sensato por parte de varias banditas de la epoca (La Verbena..., Espectroplasma, Becker, etc). Siempre me sorprendía descubrir que la mayoria de las veces no podían articular mas de dos ideas congruentes en su cabeza, y como sus egos sobrepasaban, por mucho, sus cabezas y sus capacidades.

Por cierto, ¿quién o quienes hacían de la Mosquilla Redactora?

Hugo García Michel dijo...

Digamos que era uno de mis alter egos. ¡Saludos!