sábado, 17 de febrero de 2018

Precandidatos y libertad de expresión

A lo largo de las llamadas precampañas, los precandidatos a la presidencia de la república pronunciaron más ocurrencias que ideas y más chistes malos y ataques a sus rivales que propuestas concretas sobre los problemas que afectan al país. Tampoco se ha visto que alguno de ellos tome una posición acerca de un tema que nos atañe a todos: el de la libertad de expresión.
  Dirán algunos lectores que ese es un asunto zanjado y que no hay por qué referirse a él y en parte podrían tener razón. Después de todo, llevamos ya varios años de disfrutar de esa libertad y la prueba está en los medios de comunicación y las redes sociales. Quienes vivimos el México de hace veinte o treinta años (o más atrás), sabemos lo que significa que el derecho a la libre expresión esté acotado y que decir lo que uno piensa pueda llevarlo a ser castigado, reprimido, desaparecido o muerto. Esos tiempos en los que resultaba peligroso criticar al gobierno en turno ya pasaron y nadie quiere que regresen. Hoy se puede cuestionar y hasta burlarse de los más altos funcionarios, incluido el jefe del poder ejecutivo, sin temor a sufrir las consecuencias. Es un logro de la democracia que no se debe perder.
  ¿Qué piensan al respecto José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala, José Luis Rodríguez o Armando Ríos Piter, es decir, los casi seguros candidatos por quienes habremos de votar el próximo 1 de julio? Creo que a muchos mexicanos nos gustaría escuchar con certeza que, de ganar la presidencia, van a respetar la libertad de expresión y que ésta seguirá estando garantizada para todos. Es importante que lo hagan y se comprometan con ello abierta y claramente –sin eufemismos o salidas tipo “lo pondremos a consideración del pueblo” o “eso se decidirá mediante una consulta”–, incluso aquellos a quienes les escuece la crítica y no soportan que se les contradiga. Sobre todo estos últimos.

* * * * *

Y ahora resulta que lo que en los demás partidos sería nepotismo, en Morena es amor a los hijos.
(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)

No hay comentarios.: