domingo, 18 de noviembre de 2018

El rock hecho en México no ha superado el periodo infantiloide

Miércoles, 22 de septiembre de 2004. Conocida por todo el gremio rockero, y también periodístico, la revista La Mosca en la Pared ha cumplido diez años de vida. Dirigida por Hugo García Michel, la publicación se ha convertido en un referente obligado cuando de rock se trata. Y es que por sus filas han pasado varios de los mejores críticos de este género. Aquí, parte de su historia.
  "Como un proyecto de revista de rock, La Mosca lleva más de diez años", explica Hugo García Michel en entrevista. "Me atrevería a decir que la empecé a imaginar a finales de los ochenta, cuando estaba en Editorial Posada. Todos me decían entonces que algo así no era rentable, que no se vendería y que no iba a funcionar. Así que dejé el proyecto por un tiempo, hasta que se dio la oportunidad. Ahora, ya son diez años".
  -¿Qué ha sido lo más difícil?
  -Creo que nada; en general, nos ha ido bien. A excepción, claro (y podríamos decir que ése sí ha sido el momento más difícil), cuando nos dijeron, luego de seis números, que la revista no funcionaba y que se moría; la mataban por cuestiones económicas. Y aunque me empeñé en publicarla por otros medios (buscando nuevo editor, creando una especie de cooperativa), simplemente no se pudo. Yo sabía, y así lo señalaba en público, que la revista no estaba muerta, sólo estaba dormida, en periodo de hibernación. Sin embargo, sí llegué a pensar que se había acabado. Pero de pronto, cuando menos me lo esperaba, el mismo editor me dijo: "Oye, no sería mala idea volverla a publicar". Acepté y, como en cualquier proyecto independiente, sacrifiqué algunas cosas.
  -Es decir, que la fumigada no fue tan efectiva.
  -¡Claro! Todavía recuerdo aquel famoso texto de Marco Antonio Rueda que decía: "al fin se murió esa revista, le estaba haciendo mucho daño al rock mexicano. ¡Qué bueno que decidieron aplicarle insecticida!".
  -¿Y qué tal la competencia, actualmente? En aquel entonces, no había muchas revista de rock...
  -Sí había: estaba Rock América, que tronó un poco después; también estaba Sonido, que años más tarde se hundió. Luego salió Nuestro Rock que duró bastante, pero desapareció al final. Por eso, cuando apareció Rolling Stone, me dijeron: ahora sí, ya vas a tener competencia. La verdad, ni miedo me dio: ya se sabía que iba a ser una revista totalmente complaciente, como ya lo es la Rolling Stone de Estados Unidos. Iban a seguir esa línea, pues además su director era el mismo de la revista Switch. Y no sólo eso: estábamos seguros que incluirían pop; porque además se lo exigen desde el país del norte. Entonces, ¿qué se puede esperar de una revista de rock en la cual aparece en su portada Britney Spears? No tiene credibilidad, no hay congruencia.
  "La credibilidad que tiene La Mosca es su mayor capital", dice Hugo García Michel. Si varias de las revistas que estaban o que surgieron al aparecer La Mosca han desaparecido, se debe, sobre todo, a la falta de credibilidad más que a la falta de anunciantes. Es fácil: "La gente no las compra porque repiten el mismo esquema del periodismo de hace 30 o 40 años. Además, son como las revistas de espectáculos o de chismes: se limitan a alabar al "artista". También lo único que hacen es quedar bien con las casas disqueras, así que no se preocupan por hacer periodismo de rock. Sólo hay que ir a las conferencias de prensa: es patético. Las preguntas siempre son las mismas; los periodistas asisten porque siempre les dan de desayunar. Incluso, he visto cómo se meten comida a los bolsillos. Algunos simplemente asisten para tomarse una fotografía con el artista... Ese tipo de periodistas le hace daño a todo; incluido al mismo rock. Por eso hoy muchos de ellos piensan que, por ser mexicano, el rock hecho aquí es bueno."
  De hecho, por eso La Mosca se ha enfocado principalmente al rock internacional. Y no sólo eso: "También hablamos de la música del pasado. Hemos querido ver al rock como un todo; como un todo que tiene historia, bagaje. Lo hacemos porque mucha gente piensa que el rock nació con Nirvana o con The Cure y no es así: tiene más de 50 años. De ahí que lo mismo saquemos a los Creedence que a los Strokes. Hoy, muchas de las revistas creen que tienen que publicar nada más lo que pasa en MTV (que normalmente es una mierda) o lo que tocan en la radio comercial o lo que está de moda".
  -Precisamente si algo ha caracterizado a La Mosca es su crítica hacia el rock nacional.
  -¡Desde luego! La gente cree que es una actitud personal de odio. Y no es cierto. Luego me pregunta: ¿por qué odias a Saúl Hernández, por qué odias a Rocco, o a los de Control Machete? No es así. Ni siquiera los trato. Incluso, las dos o tres veces que me encontré a Saúl, por ejemplo, fue muy gentil conmigo. Lo que no han entendido es que no los critico a ellos, sino a su obra o a la figura pública que representan, pero jamás me meto en su vida privada. No hay odios personales ni es ese el papel del crítico.
  -¿Cuál cree que es, entonces, el mayor problema del rock mexicano?
  -Son muchísimos. Si lo resumes en un solo punto, es sencillo: la educación. Es decir, la educación musical, la falta de preparación de los músicos. Y no hablo sólo en lo técnico o la ejecución, sino también desde un punto de vista cultural: no se informan, no oyen lo que había antes o, por un prurito de nacionalismo o regionalismo, nada más escuchan el rock en español. Lo más extranjero que escuchan es el rock argentino, el chileno, el hecho en España. Y si entramos de lleno a la cuestión técnica, tú compáralos con los músicos de jazz de aquí, de México: estos últimos son gente que tiene una preparación académica muy importante, totalmente virtuosos, y los de rock, en cambio... Es más: la poca cultura se refleja en las letras. Son letras muy malas. Y luego, la actitud: en las entrevistas se la pasan gritando, haciendo caras, diciendo chistes, respondiendo con monosílabos... Creo que el rock mexicano (con sus excepciones, desde luego) no ha superado el periodo infantiloide. Sigue siendo un rock infantil; nada más hay que ver a Álex Lora.

(Entrevista que me hizo José David Cano creo que para El Financiero)

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