viernes, 17 de agosto de 2007

L


L estuvo aquí esta noche. No nos veíamos desde el bautizo de Mateo, el hijo de Fer y Claudia, el pasado 4 de agosto, y no había venido a mi casa desde hacía casi veinticinco días. Así que me dio muchísimo gusto verla de nueva cuenta. Originalmente íbamos a lanzarnos al Ruta 61 para ver al bluesero Phil Guy, pero estaba muy cansada por el trabajo de la semana y yo mismo tampoco estaba con demasiados ánimos de salir. Así pues, nos quedamos en el depto a tomar cafecito y galletas de chocolate, oír música y platicar largo y tendido. Fue muy grato estar con ella. A pesar del poco tiempo que tenemos de conocernos (apenas tres meses), se ha desarrollado una muy grande y mutua simpatía y también un gran cariño. Es una chava estupenda y lindísima y en su compañía el tiempo se va como agua. Se fue por ahí de las once, pero la veré el domingo 26, subida en un escenario, mientras toca el bajo y canta con su banda. Será la primera vez que la vea en acción

PD: Hoy llegué a las cuatro mil visitas en este blog.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A pesar del riesgo de recibir una gran cantidad de golpes y ataques por parte del Director Moscoso: ¡Qué lindo par de piernas!