miércoles, 1 de septiembre de 2010

La nueva cara de La Mosca en la Red*


Con el nuevo diseño de La Mosca en la Red, iniciamos una segunda etapa de esta revista en línea, con la idea de ofrecer un mejor servicio a nuestros lectores. Sabemos que aún no es lo óptimo, pero desde hace casi un año hemos trabajado sin descanso y con un presupuesto que no pasa por lo económico, sino por el trabajo voluntario de todos y cada uno de quienes laboramos y colaboramos en el sitio.
Hemos recibido muchas críticas, ya sea sobre el propio diseño, sobre el contenido de los artículos o sobre la orientación de la revista. La comparación con La Mosca en la Pared, es decir, con la publicación impresa que dejó de publicarse en marzo de 2008, parece inevitable y es algo que entendemos. Nosotros, al igual que muchos de ustedes, extrañamos tanto o más a aquel magazine de papel que a lo largo de catorce años voló por los aires para posarse en las manos y ante los ojos de miles y miles de lectores en todo el país.
Era otra época, más próspera y menos difícil. Hoy son otros los tiempos y tenemos que adecuarnos a ellos. Mucha gente nos pide que regresemos a las ediciones impresas, pero ello, sin ser imposible, resulta en estos momentos casi una utopía y, hasta en cierta manera, un despropósito.
Aunque no somos de aquellos que piensan que el final de los diarios, las revistas y los libros es un sino inevitable, estamos conscientes de que la industria editorial sigue atravesando por una crisis mayúscula y que la tendencia para todas las publicaciones, a nivel mundial, es la de transformarse en medios virtuales. Si esto sucederá a mediano plazo con productos multimillonarios como The New York Times o El País, para poner dos ejemplos más que conocidos, es obvio que una publicación tan económicamente modesta como La Mosca no tiene muchas opciones.
Internet es incomparablemente más barato (en cambio, los gastos en papel y en impresión son grandísimos y no garantizan que se recupere la inversión); va mucho más acorde con la protección del ambiente (no es necesario masacrar árboles para producir una revista en línea); llega a un número de personas inmensamente mayor y puede hacerlo a nivel global (algo que no ocurre con una edición de, digamos, treinta mil ejemplares impresos); ofrece instrumentos que lo pueden hacer más atractivo (desde videos y podcasts, hasta foros de discusión en directo y un contacto inmediato con los colaboradores por medio de las redes sociales). Aferrarse al papel es muy romántico, sí, pero si miramos hacia adelante, el rumbo nos señala hacia un futuro virtual.
En lo personal, debo decir que en estos más de once meses que llevo de trabajar con La Mosca en la Red, han sido muchas las satisfacciones y realmente nulas las desventuras. Encuentro fascinante al mundo virtual y sus posibilidades prácticamente infinitas. Trato de no aferrarme al pasado y, gracias a ello, descubro a diario nuevas ideas, nuevas formas de hacer las cosas, lo que se traduce en nuevos proyectos que se irán cristalizando conforme el sitio vaya creciendo y sea autosustentable.
Cierto, por ahora carecemos de capital y debido a ello no hemos podido atraer a algunos antiguos colaboradores moscosos. Sin embargo, miembros de la vieja guardia como Eusebio Ruvalcaba, Sergio Monsalvo, David Cortés, Fedro Carlos Guillén, Jairo Calixto Albarrán, Miguel Cane, Rafael Tonatiuh, José Quintero, Margarita Cerviño, José Manuel Aguilera, el Sr. González, Paul Medrano, el Capitán Pijama y otros más que se me escapan y que en algún momento estuvieron en La Mosca en la Pared, han aceptado colaborar en forma desinteresada y sin cobrar temporalmente un solo centavo. Lo mismo puedo decir de otros muchos que se han sumado con gusto y generosidad para trabajar con nosotros.
Únicamente de ese modo hemos logrado sobrevivir y avanzar paso a paso, lo que se puede comprobar con el crecimiento constante del número de lectores que a diario entran a nuestras páginas.
No nos queda sino agradecer a todos, a colaboradores y lectores, por estos casi doce meses de vida de la Mosquita en internet. Estamos empezando a dar el segundo paso apenas. No es el último, por cierto. Pronto habrá nuevos cambios en la forma pero también en los contenidos y eso hará de La Mosca en la Red un sitio más atractivo. Queremos ser un referente, como ya lo fuimos alguna vez. En eso estamos empeñados.

*Publicado originalmente en la sección "Ojo de Mosca" de La Mosca en la Red.

5 comentarios:

Antonio Martínez dijo...

Hola Señor Hugo:

Espero algún día formar parte de lso colaboradores moscosos.

Saludos.

Unknown dijo...

Tal vez si busca por estos sitios encontrará el formato que tanto anda buscando para aquellos nostalgicos de la versión en papel.

Hay maneras de "embeber" en el sitio de la mosca en la pared.

http://issuu.com/

http://www.wobook.com/

Saludos.

Unknown dijo...

Tal vez si busca por estos sitios encontrará el formato que tanto añoran aquellos nostálgicos de la versión en papel.
Hay maneras de "embeber" en el sitio de la mosca en la pared.

http://issuu.com/

http://www.wobook.com/

Saludos.

Anónimo dijo...

Con toda franqueza, el disenio quedo igual o peor.

Si hablas de sitios de internet como el de New York Times, por que no usas su ejemplo y haces del sitio de la Mosca algo mas interactivo (y no hablo de poner videos de youtube) en lugar de solo traducir lo que era la revista impresa a una version en linea. Eso es de una absoluta pereza.

La Mosca deberia innovar en internet, tal como lo hizo cuando salio en version impresa por primera vez.

Unknown dijo...

La verdad es que la versión en internet no me satisface.Me gusta por contenido,no por imagen.Aún con todo sigo anhelando la vieja versión impresa y no pierdo esperanzas de que regrese.Éste nuevo diseño de La Mosca En La Red no me gusta,es poco interactivo,a veces no lo entiendo.Lo repito:me gusta por contenido.