La aparición en 2014 del disco The Breeze (An Appreciation of JJ Cale) de Eric Clapton & Friends fue un más que merecido homenaje a uno de los guitarristas y compositores más influyentes en la historia del rock. JJ Cale (1938-2013) se significó, desde una posición relativamente discreta, como el creador de una manera muy característica de escribir canciones y ejecutar la guitarra.
Nacido en Oklahoma City, John Weldon Cale fue un músicos de enorme finura. Su originalidad lo llevó a crear el llamado sonido Tulsa, basado en lo que se conoce como música de raíces (folk, country, blues, rockabilly), pero aderezado con un toque personalísimo y sutil en la forma de ejecutar su instrumento. Se trata de un estilo inconfundible que influyó a muchísimos guitarristas posteriores, muy en especial al propio Clapton y, sobre todo, al líder de los Dire Straits, Mark Knopfler.
Ignorado por el mainstream, Cale permaneció muchos años en un relativo ostracismo. Por eso, cuando a finales de los años ochenta del siglo pasado surgieron los Dire Straits, muchos se sorprendieron de la “originalidad” de su música, sin saber que era prácticamente una calca de lo que JJ Cale llevaba haciendo desde diez años atrás. No quiere decir que Knopfler haya sido un plagiario, aunque es verdad que tampoco fue muy expresivo a la hora de revelar cuál era su principal influencia.
Esto no pareció preocupar demasiado al maestro. A final de cuentas ahí estaba su obra, manifestada en una serie de álbumes espléndidos, como Naturally (1971), Troubadour (1976), Grasshopper (1982), To Tulsa and Back (2004), The Road to Escondido (2006, al lado de Eric Clapton) y Roll On (su último trabajo, de 2009).
Al contrario de Knopfler, Clapton siempre reconoció la importancia de la música de JJ Cale en su propia formación guitarrística. Pero esto sería retribuido, ya que fue gracias al británico que el nombre del de Tulsa se conoció mundialmente, cuando en 1970, en su homónimo disco debut, incluyó la composición “After Midnight” de Cale. Más tarde, en otro álbum de Clapton, el Slowhand de 1977, otro tema del mismo JJ, “Cocaine”, no hizo sino afirmar su calidad como gran hacedor de canciones, entre las que cabría destacar también joyas como “Call Me The Breeze”, “I Got the Same Old Blues”, “Don’t Wait”, “Someday” y la bellísima “Magnolia”, más un larguísimo etcétera. Cale y Clapton tenían una magnífica relación y su amistad duró más de 40 años.
JJ Cale falleció en julio de 2013 y The Breeze es un justo tributo a su obra y a su memoria. Para grabar los 16 cortes que lo conforman, Eric Clapton logró reunir a una pléyade de grandes músicos, como Tom Petty, Willie Nelson, John Mayer, Don White, Christine Lakeland y, por supuesto, Mark Knopfler. El ex Cream y ex Derek and the Dominos no trató de robar cámara y dio el suficiente espacio para que cada uno de sus colegas se luciera en una o más canciones, entre las cuales, por cierto, no estuvieron incluidas “After Midnight” y “Cocaine”.
(Mi columna "Gato encerrado" de este mes en el periódico El Vigía, de Ensenada, Baja California).
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