sábado, 30 de octubre de 2010

Calderón Vs. Fox y las peleas que vienen*


Poco a poco se acerca la temporada más esperada y gustada por todos los mexicanos. Si en los Estados Unidos está empezando la NBA, se halla en pleno la NFL y se vive la Serie Mundial de beisbol, en nuestro país estamos a punto de entrar al apasionante y disputado torneo de los golpes ruines, las patadas por debajo de la mesa y la más tremenda guerra sucia. Señoras y señores, nos encontramos ya en los prolegómenos de la esperada lucha a dos de tres caídas, máscara contra cabellera, que disputarán algunos pesos mini moscas (que se sienten pesos completos) para llegar a la ansiada meta, al anhelado triunfo, a la aplastante victoria que convierta a uno de los contendientes en lo que antes significaba ser el dueño del poder omnímodo y hoy resulta el equivalente a sacarse la rifa del tigre. Pero de todos modos se van a dar hasta con la cubeta.
Ahorita, tenemos la pelea preliminar entre el presidente Calderón y el ex presichente Fox. El pretexto es lo que cada uno hizo o dejó de hacer con respecto al crimen organizado, pero en realidad de lo que se trata es de golpearse en pos de imponer a un candidato panista a modo, para contender por la grande en el 2012.
Pronto comenzarán algunas contiendas desde otras trincheras. Ya se ve, ya se siente, la que protagonizarán Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, desde el corral tricolor, así como la que llevará la pasión perredista al límite, cuando se enfrenten Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador. Otros nombres podrán sumarse a los combates, mas por ahora estos son los púgiles con más posibilidades de llegar a la gran función estelar.
Así pues, no nos vayamos con la finta, en la creencia de que el actual preciso y su antecesor tienen como principal preocupación la inseguridad y la violencia desatada que vive este pobre país. Lo que en realidad les importa es la lucha por la silla presidencial para el próximo sexenio. Por eso los epítetos, por eso los madrazos.
¿Quién ganará? A saber. Lástima que ya no esté el pulpo Paul para decírnoslo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

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