sábado, 28 de julio de 2012

Televisa, mi amor*

Dicen que del odio al amor sólo hay un paso y en la relación de aborrecimiento que ha establecido con Televisa ese movimiento cada vez más difuso, confuso e iluso que conocemos como #Yo Soy 132, el dicho parece ser cierto.
  Este grupo que en un principio fue estudiantil y que hoy es una variopinta ensalada de contradictorios intereses, en la que lo mismo caben universitarios de instituciones públicas y privadas que macheteros, electricistas, fósiles, ex guerrilleros y radicales profesionales –para no hablar de morenos, perredistas y petistas solapados que sacan raja de tan singular colectivo apartidista (ajá)–, ha transformado a Televisa en el enemigo a vencer y convirtió a la toma o cerco de las instalaciones de dicha televisora, el día de ayer, en el equivalente (Región 4) del asalto de los bolcheviques al Palacio de Invierno de San Petersburgo. Claro, se trató de una toma “simbólica” y a final de cuentas bastante light (nadie fusiló a la familia real zarista ni siquiera en un performance de la Congelada de Uva).
  Llama la atención que al pronunciarse por lo que ellos llaman la democratización de los medios (eufemismo que significa el control y censura de los mismos), en lo que respecta a la televisión jamás se metan con TV Azteca, algo que tampoco ha hecho Andrés Manuel López Obrador, quien sólo ha enfilado sus baterías precisamente contra Televisa. Extraña coincidencia entre los #132 y el candidato perdedor de las pasadas elecciones presidenciales.
  ¿Habrá cerco también contra la televisora del Ajusco que, además, queda más cerca de la Facultad de Ciencias de la UNAM? Ni siquiera lo han pensado, a pesar de que forma parte del duopolio televisivo. Quizás aguarden a que el héroe de Macuspana le eche la culpa de algo para iniciar las hostilidades.
  En el fondo, yo sigo viendo una relación de amor-odio con Televisa, empresa a la que la mayoría de los #132 deben su educación sentimental. Finalmente, estos chicos no crecieron con Marx o con Lenin, sino con la telenovela Rebelde y la música de RBD… y, quiérase o no, eso pesa.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

7 comentarios:

Disco King dijo...

Leí esta columna en Milenio y si tienes razón, porque no ir contra de los del Ajusco también? Porque no paralizar a los dos? Porque no ir contra la radio?

Nomás esperan que AMLO arremeta contra alguien para irse a la yugular.

Decireves dijo...

G-E-N-I-A-L.

John Himself dijo...

¡Ouch! Por eso cuando vean a un grupo que se vea y crea como una liga de la justicia contra la legión del mal. Recuerden lo que decía Public Enemy: Don't believe the hype.

Unknown dijo...

¿A eso le llamas periodismo? Eso es especulación, porque de análisis no tiene ni un ápice.

Hugo García Michel dijo...

No, Miguel Morales: se llama artículo de opinión. En el periodismo existe algo que se llama los géneros periodísticos y la columna de opinión es uno de ellos y sirve para dar el punto de vista de quien lo escribe. Yo externé mi punto de vista, es decir, la manera como veo las cosas según mi muy particular y muy personal óptica. Nada más y nada menos. Saludos.

YO SI LEI MUCHO LA MOSCA dijo...

Pues que te digo,desafortunadamente asi es crecimos con ese pegote en el cerebro llamado Televisa,inclusive en una revista de La Mosca hay un cuasi especial de CHESPIRITO,efectivamente nose por que solo TELEVISA(bueno me contradigo quien ve TV AZTECA),no hallo algo bueno en los politicos,mas creo ahora en los blogs,que me informaron antes de todo el cochinero que era ya a ojos vistos,con respecto a la eleccion,hace ya rato que no leo tu blog de la mosca,y me dirigo mas hacia la del 5antuario,lo veo pero yo tomo mis decisiones,los chavos tienen buenas ideas y les aplaudo que tengan un Dirigente(LO COMPRARIA EL SISTEMA),pero muchos otros se cuelgan de ellos llamense el SME,que aunque ya esa empresa era un fosil la CFE como Monopolio deja mucho que desear..

APLAUSOS A LOS CHAVOS #132,..

PD: el sistema no es perfecto.

Larva ♓ dijo...

Más atinado no puedes ser. Esos 132 ya son una mezcla esquizofrénica entre niñitos pirruris y hippiescegeacheros. Una cosa asquerosa en verdad.