Vi una estupenda película de los hermanos Joel y Ethan Coen: A Serious Man. Filmada en 2009, la cinta narra la vida mediocre e infeliz de Larry Gopnik, un profesor de matemáticas de origen judío, quien durante los años sesenta vive en un próspero pero desolado suburbio de Minneapolis y tiene que lidiar no sólo con la monotonía de su existencia cotidiana, sino con una serie de problemas familiares (una esposa que lo engaña con su mejor amigo y le pide el divorcio, un hijo adolescente que se la pasa escuchando a Jefferson Airplane aun en clase dentro de la escuela hebrea a la que asiste, una hija obsesionada con operarse la nariz, un cuñado extrañísimo que vive como arrimado en su casa), laborales (un alumno coreano que reprueba una materia y trata de sobornarlo, el padre de este alumno que intenta chantajearlo, el director de la escuela que no termina de asegurarla la planta) y existenciales (producto de todas sus broncas diarias y de sus propias dudas espirituales y religiosas que ningún rabino -de los pocos con los que consigue hablar- puede resolverle).
La película no es exactamente una comedia. Más bien la definiría como una tragedia llena de humor negro. Larry (interpretado por un gran Michael Stuhlbarg) es un personaje patético, pero que logra nuestra simpatía en ese calvario que es su vida cada vez más llena de dificultades. Es como si tuviese que pagar algún pecado cometido por un antepasado (de ahí el cuento con que abre el filme, en el que un judío polaco, en la lejana Europa oriental, dos o tres siglos atrás deja entrar a su casa a un muerto viviente o dybbuk, con lo que arrastra una maldición) y por ello todo lo malo se le va acumulando hasta convertirse en un peso insoportable de cargar. Su único punto de certeza son las largas fórmulas matemáticas que trata de enseñar a sus alumnos sin lograrlo. Pero si las matemáticas le dan seguridad, su vida es todo lo contrario.
Destacan varios personajes, interpretados por actores poco conocidos (más o menos famosos sólo aparecen Richard Kind, como su cuñado, y Fred Melamed, como el amigo-hijo-de-puta que le trata de robar a su mujer, aunque más adelante paga su ojetez).
Una gran cinta de los Coen, como todo lo que han hecho a lo largo ya de varias décadas. Absolutamente recomendable.
1 comentario:
No le he visto, hay que echarle un oclayo.
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