Pues al parecer a muchos les ha provocado náuseas, mareos, vómitos, jaquecas, gastritis y hasta dolores de muelas. Su llegada, de algún modo inesperada, tomó a más de uno desprevenido y ahora no saben qué hacer, de qué manera reaccionar y cómo dejar de lamentarse.
Me refiero, claro, a Jaime Rodríguez Calderón, el famoso “Bronco”, flamante gobernador del estado de Nuevo León y quien esta semana tomó posesión de su cargo.
Conozco a más de un neolonés que no simpatiza pero ni tantito con el singular personaje y que pronostica los peores males para su entidad con el nuevo gobierno. No lo sé. No soy experto en política regiomontana y no me atrevería a hacer pronóstico alguno al respecto.
En realidad, la figura del “Bronco” me interesa más como un nuevo fenómeno dentro del ámbito de la política nacional y cómo está impactando e impactará a los diferentes actores de la misma. Por lo pronto, ya ha puesto a parir chayotes al único precandidato a la presidencia, el autodestapado y siempre en campaña Andrés Manuel López Obrador, quien no esperaba que en estos momentos se le apareciera un contrincante y mucho menos por afuera de los partidos políticos. Los rounds de sombra que ya están teniendo ambos personajes prometen hacerse cada vez más fuertes y no sabemos en qué pararán. De seguro en algo muy entretenido y divertido.
Pero la victoria del nuevo góber también removió el tema de las candidaturas independientes, a las que ya se les empiezan a poner candados en algunos estados, aunque partidos como el PAN y el PRD parecen encontrar en ellas posibilidades políticas y tratan de incrementar su florecimiento. Por lo pronto, personajes tan destacados como Jorge G. Castañeda y Manuel Clouthier tendrán mucho que hacer y mucho que decir al respecto.
Habrá que observar con lupa la labor de Rodríguez Calderón, a quien varios ven como un Vicente Fox redivivo. Yo no estaría tan seguro. Creo que el hombre va a dar varias sorpresas (no sé qué tan buenas o qué tan malas) y que aún nos queda mucho por ver en los dos o tres años por venir.
Aguas con la Bronco-neumonía.
(Mi columna "Cámara húngara", publicada hoy en Milenio Diario)
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