Había leído un par de críticas que la describían como una película cuando menos fallida. Sin embargo, quise ir a verla al cine porque es Woody Allen y no le podía fallar a uno de mis dos directores favoritos de todos los tiempos (ya se sabe, el otro es François Truffaut). Así que me lancé al Cinemex más cercano, en compañía de la mejor compañía, para ver Café Society, la cinta No. 46 en la filmografía del realizador neoyorquino.
¿Fallida? En absoluto. Me pareció una belleza y la mejor obra de Allen desde Midnight in Paris (2011) y que me perdonen los seguidores de Blue Jasmine (2013).
Cafe Society (2016) es un viaje al pasado, a los años 30 del siglo XX, concretamente al Hollywood y al Nueva York de esa década. La trama es impecable e ingeniosa (la historia de un triángulo amoroso, narrada en un tono amable aunque agridulce); la dirección, sublime; la fotografía del gran Vittorio Storaro, asombrosa (él y Allen por primera vez trabajaron con formato digital); las actuaciones, magníficas (todos brillan: Steve Carell, Jeannie Berlin, Jesse Eisenberg, Blake Lively, Parker Posey..., pero la más destacada, para mí, es Kristen Stewart como la maravillosa Vonnie); la música, como siempre, exultante.
Lleno de referencias y de frases memorables (digo, es Woody Allen), Cafe Society es un gran filme, del cual no revelaré mayores detalles para que lo disfruten en cuanto puedan verlo.
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