jueves, 3 de noviembre de 2016

Te odio porque te amo

Te odio porque yo me había hecho el inflexible
propósito de no volver a enamorarme.

Te amo porque tú lograste que de nueva cuenta mi
corazón vibrara de emoción y sintiera lo que los
cursis llaman las mariposas en el estómago.

Te odio porque yo había decidido tener una pléyade de
amantes con quienes acostarme y tener sexo y no
comprometerme seriamente con una sola de ellas.

Te amo porque he perdido cualquier interés por
repartirme entre dos o tres o cincuenta amantes y la
única amante que quiero y que me importa es una que
lleva tu nombre y es idéntica a ti.

Te odio porque me encargué de escribir y lanzar
teorías acerca de la mejor manera de amar sin
sufrimientos, sin afanes de apropiación y sin poner en
riesgo al corazón.

Te amo porque creo que  contigo es posible amar sin
sufrimientos, sin afanes de apropiación y con la
motivación de arriesgarlo todo sin miedos y sin
contemplaciones.

Te odio porque en cosa de días hiciste polvo las
certezas contra el enamoramiento que había construido
a lo largo de años de padecer cualquiera cantidad de
males sentimentales.

Te amo porque al hacer polvo mis certezas, me
devolviste la fe en el hecho de enamorame y
transformaste esos males en bienes.

Te odio porque diluiste mi convicción de que al fin
había alcanzado la madurez sentimental y al fin podría
ser feliz sin estar atado amorosamente a una sola
mujer.

Te amo porque me hiciste ver que sigo siendo capaz de
enloquecer de amor por una sola mujer, como un
adolescente inmaduro, espontáneo y vulnerable… pero
feliz.

Te odio por haber aparecido en mi vida cuando estaba
inaugurando una época de lujuria, excesos y disfrutes
carnales con muchas mujeres.

Te amo porque apareciste en mi vida para infundirme
esas sensaciones exultantes y maravillosas que puede
dar una época de lujuria, excesos y disfrutes
carnales… con una sola mujer.

Te odio por haber vulnerado todas mis defensas y
haberme dejado en la más absoluta indefensión.

Te amo por haberlas vulnerado y haberme dejado en esa
indefensión en la que puedes hacer de mí lo que se te
antoje.

Te odio porque me quitaste el miedo a volver a tener
miedo.

Te odio por todo lo que te amo.

Te amo por todo lo que te odio.

Te odio porque te amo.

Te amo porque te odio.

(¿Poema? que escribí el 14 de enero de 2007 y con el que me acabo de topar un tanto accidentalmente. Se lo escribí a Gabriela, a quien llamaba Gab).

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