martes, 2 de mayo de 2017

La música y Jonathan Demme

La noticia sobre la muerte del director de cine Jonathan Demme no provocó tanto impacto como la de los grandes músicos de rock que fallecieron a lo largo de 2016. Sin embargo, el hombre estuvo siempre muy ligado a la música y sus películas hablan de ello.
  Nacido en Nueva York en 1944, Demme deja un enorme legado cinematográfico que incluye dos documentos fundamentales para la historia del rock: las cintas Stop Making Sense (1984) y Neil Young: Heart of Gold (2006). La primera es la grabación de un grandioso concierto de los Talking Heads, en tanto la segunda homenajea al genio de ese compositor y músico de leyenda que es el canadiense Neil Young. Sobre la primera, Demme había declarado recientemente: “No era un documental, sino que grabé una actuación de los Talking Heads. La comunión con la música en directo es la forma de cine más pura que existe, es un excelente maridaje. La meta no es mostrar la música, sino que el cine interactúe con ella y se convierta en parte de la experiencia”.
  Mas no sólo por eso es importante la relación con la música del realizador de obras maestras como El silencio de los inocentes (1991) y Filadelfia (1993) o de filmes tan sensibles como La boda de Raquel (2008), en la que un personaje comenta: “Preferiría no vivir sin Neil Young”. En varias de sus películas, Demme se regodeó con extraordinarios soundtracks en los que mostró su exquisito buen gusto musical y su tino a la hora de elegir las canciones precisas para los momentos precisos.
  Ahí están estupendas cintas como Algo salvaje (1986) o Casada con la Mafia (1988), cuyas bandas sonoras son verdaderas joyas. Todavía el año pasado, el director hizo un trabajo musical más, al filmar a Justin Timberlake en el documental The Tennessee Kids que puede verse por Netflix.
  Realizador en su momento de videoclips con grupos como New Order, UB40 y los propios Talking Heads, su amor por el rock fue casi tan fuerte como el que sentía por el cine.
  Vamos a extrañar a Jonathan Demme.


(Publicado el día de hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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