martes, 9 de mayo de 2017

Taxonomía del rockcito (I)

El del rockcito no es un concepto unívoco y cerrado. No todos los que se han esforzado por crearlo, desarrollarlo y llevarlo con esmero al punto ínfimo en que hoy se encuentra hacen el mismo tipo de música. Hay subdivisiones en el mismo, veamos algunas de ellas:

-El rockcitito. Luego del surgimiento del rockcito a fines de los años ochenta, con la aparición del sello Rock en tu idioma y de la invasión del rock pop español y argentino que padecimos en esos años, lo que saco a la luz a grupos como Caifanes, Fobia, La Maldita Vecindad, Café Tacuba et al, 10 o 15 años más tarde sufrimos el brote de “bandas” con un sonido muy similar que intentaba imitar a sus antecesores. De ahí vienen Zoé, La Gusana Ciega, Porter, Los Daniels y un largo etcétera (los que siguieron a estos conformarían el rockcititito).

-Rockcito cumbianchero. A raíz de que a alguien se le ocurrió que el rockcito y la cumbia eran géneros afines, surgió la idea no de fusionarlos sino de tocar cumbias ataviados como “rockeros” (Agrupación Cariño) y/o hacer duetos con agrupaciones como Los Ángeles Azules o La Sonora Santanera.

-Rockcito grupero. Es el que hacen combos que parecen de rock y suenan como integrantes de la llamada onda grupera. Enjambre es el mejor ejemplo de este infragénero.

-Rockcito en inglés. La vieja creencia de que hacer rock en inglés desde México los va a llevar a la internacionalización (algo que ya se pretendía en los años 60 del siglo pasado) ha llevado al summum de la ridiculez que incluye la mala pronunciación del inglich como cereza del pastel.

-Rockcito ñoño. Dominado por mujeres, no es sin embargo un género de género, sino un híbrido nacido a partir de que Julieta Venegas dejó de hacer rock para abrazar el pop y tuvo numerosas seguidoras que hacen hoy una musiquita cursi y plañidera. Carla Morrison, Natalia Lafourcade y Ximena Sariñana son las reinas del ñoñismo, aunque también hay varoncitos que lo practican, como Siddhartha, Caloncho, Juan Cirerol y el grupo Little Jesus.

  ¿Continuará?

(Publicado hoy en mi columna Gajes del orificio de la sección ¡hey! de Milenio Diario).

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