Se fue 2017 y ya estamos , ene pleno y de plano, en 2018. En lo personal, el año que se fue resultó una suerte de subeibaja, con algunos golpes en lo emocional y lo económico, golpes que sin embargo no me hundieron y de los que más o menos pude recuperarme. No entraré en detalles acerca de ello, porque son cuestiones demasiado personales que prefiero no ventilar de manera pública. Lo importante es que poco a poco voy saliendo de nuevo a la superficie.
Fuera de eso, resultó un año muy disfrutable, con buena salud, signado por un hecho fundamental: la publicación de mi novela Emiliano que edité de manera independiente y ha tenido una muy buena aceptación, aunque sin los alcances -debo admitirlo- de una edición industrial. Lo importante sin embargo era y sigue siendo rendirle a mi abuelo paterno el homenaje que se merece y que desde años atrás quería tributarle. Qué mejor manera que hacerlo literariamente.
Otro punto que me llena de satisfacción es que continúan las grabaciones de lo que será mi primer disco. Sé que ha caminado muy lentamente, pero a paso seguro y no puedo más que agradecer a mis queridos Iris Bringas y Jehová Villa Monroy por el apoyo irrestricto para grabar en su estudio y agradecer también a los músicos y vocalistas que con tanto gusto han colaborado con sus talentos: Jaime López, Iraida Noriega, Diego Maroto, Mauricio González, Aura Ortiz, Mauricio Mayén, Leticia Belquia, Israel Pompa Alcalá, Nancy Zahmer, Daniela Gómez, Paulina de la Vega y los propios Iris y Jehová (algunos más se sumarán este año).
"Acordes y desacordes·, el sitio de música que coordino para la revista Nexos, se sigue consolidando en el gusto de muchas personas y en Milenio continúo colaborando y justo hoy cumplo 18 años en el diario, los mismos que tiene este. En cuanto a Marvin, simplemente dejaron de publicarme, sin la menor explicación y sin darme las gracias después de varios años de escribir para esa revista. Ni modo.
Seguí componiendo canciones, leí muchos libros, vi varias películas y me volví fan absoluto de las series.
Con mi familia, todo bien y tranquilo. Mis hijos también tuvieron sus subeibajas, pero van muy bien. Alain se casó con Hally y ya son esposos oficialmente.
No conocí tantas amigas nuevas, pero con las más cercanas y entrañables consolidé la gran amistad que tenemos de largo tiempo atrás. Bueno, puedo decir que de las amigas nuevas una sí me decepcionó; ojalá con el tiempo se recupere esa relación que empezó tan rápido como se acabó. Si no, es que no valía la pena.
Dos amigos fallecieron y eso me parece muy triste. Uno de ellos era muy cercano a mí, casi un hermano y lamento que se haya ido cuando aún tenía tanto por dar. Me refiero, claro, al enorme Eusebio Ruvalcaba. El otro amigo no era tan cercano, pero creo que nos caíamos bien aunque nos vimos muy pocas veces. Hablo de Sergio González Rodríguez.
Para el 2018 tengo varios proyectos literarios, editoriales y musicales que espero se concreten y que ya iré dando a conocer en su momento.
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