martes, 23 de enero de 2018

B.R.M.C. y sus criaturas equivocadas

Black Rebel Motorcycle Club (B.R.M.C.) no es un grupo nuevo. Surgido hace dos décadas en la llamada área de la bahía, en California (es decir, la zona que comprende las ciudades de Oakland y San Francisco), su primer disco data del año 2000 y desde entonces ha grabado otros seis álbumes en estudio, incluido el muy reciente (apareció hace menos de dos semanas) Wrong Creatures (Vagrant, 2018), un trabajo denso, oscuro, profundo, con una fuerza y una vitalidad desbordantes.
  Encabezado como desde sus inicios por Robert Levon Been y Peter Hayes, el trío ha pasado por toda clase de aventuras y desventuras, algunas francamente trágicas, lo que ha hecho que su música responda a los más diversos estados de ánimo, así como a diferentes géneros y subgéneros que van desde el shoegaze hasta el blues y desde la neopsicodelia hasta el rock de garage. Incluso tienen un álbum (Howl, 2005) prácticamente acústico.
  Wrong Creatures representa un brillante retorno a los orígenes. Luego de casi cinco años de ausencia discográfica (su larga duración Specter at the Feast data de 2013), B.R.M.C. regresa para reafianzarse en sus raíces, en ese fuego crepitante de su música primigenia, sólo que esta vez revestido por un sonido que algo tiene de ominoso y hasta de amenazante.
  Canciones como la densamente psicodélica “Call Them All Away” o la protobluesera “Haunt” muestran la nueva y a la vez antigua vertiente estilística del trío, al igual que lo hacen otros temas igualmente buenos, como los sensacionales “Little Thing Gone Wild”, “Spook”, “King of Bones”, “Echo”, “Carried From the Start”, “Ninth Configuration”, “All Rise” o “Question of Faith”.
  En una época en la que el rock más puro y auténtico parece perdido en un proceloso océano mercantilista y en un culto por las súper producciones ostentosas pero vacuas, elefantiásicas pero carentes de sustancia y de alma, la música de Black Rebel Motorcycle Club tiene mucho de refrescante, a pesar de su densa oscuridad... o quizá precisamente por ella.

(Mi columna "Gajes del orificio" de hoy en la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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