Con sólo dos títulos que no son originales de Ray Davies (entre ellos una versión poco afortunada de “Dancing in the Street”), Kinda Kinks (1965) es uno de los álbumes menos conocidos y menos apreciados de los Kinks, sobre todo porque ese mismo año de 1965 aparecería su tercer opus y el mismo se encargaría de opacar a su inmediato predecesor.
Con todo, este segundo disco de los londinenses iba mostrando el estilo que los caracterizaría, con canciones tan notables como la archiconocida balada “Tired of Waiting for You” (todo un hito en el historial kink), la melodiosa “Something Better Beginning”, las rocanroleras “Wonder Where My Baby Is Tonight” y “Come On Now”, la bluesera “Naggin’ Girl” y una de las primeras incursiones del grupo en el rock acustico, la tranquila “So Long”. Sin embargo, a mi modo de ver la mejor composición de Kinda Kinks es la maravillosa “Nothin’ in the World Can Stop Me Worrying’ Bout That Girl”, un tema semiacústico de gran ternura y sensibilidad.
Un buen disco, aunque ciertamente nada extraordinario.
(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No. 43, publicado en octubre de 2007)
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