De algún modo, Something Else (1967), el quinto disco de los Kinks, es como la continuación estilística de Face to Face, pero una continuación en la cual la música y las letras se hacen más finas y sofisticadas, como en la magnífica “David Watts” y su clásico “Fa fa fa fa”, con una estructura armónica nunca antes escuchada en un tema del cuarteto y un arreglo impecable, con el piano del gran Nicky Hopkins siempre presente. Lo mismo puede decirse de esa otra belleza que es la triste y poética “Death of a Clown”, de Dave Davies, con la voz etérea de Rosa Davies, la esposa de Ray, y su misterioso “la la la”, más el piano –otra vez– de Hopkins. Todo en Something Else resulta extrañamente elegante y atemporal, como la nostálgica “Two Sisters”, la sensual y bossanovesca“No Return” (hay quien dice que en la voz de Astrud Gilberto hubiese sido una maravilla), la muy simpática y como de music hall “Tin Soldier Man”, la inesperadamente soulera “Situation Vacant” (órgano Hammond incluido, cortesía –claro– de Nicky Hopkins), el aparente homenaje a los Beach Boys que es “Funny Face”, la vaudevillesca “End of the Season” y ese otro gran tema clásico de los Kinks que es la entrañable “Waterloo Sunset”.
Un gran disco.
(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No. 43, publicado en octubre de 2007)
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