No, no me refiero a un eventual retorno de Cuauhtémoc Blanco a las filas de las inefables Águilas del América (cosa que se mira prácticamente imposible), sino al inesperado regreso de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la política y, de manera más específica, al partido de su creación, al instituto político que de una y muchas formas le fue arrebatado: el PRD.
Luego de una larga permanencia en el ostracismo, el hijo del Tata Lázaro ha vuelto con una agradecible enjundia que ya no se esperaba de él. Muy sintomático resulta que esta reintegración al perredismo se produzca cuando Andrés Manuel López Obrador y sus huestes han volado lejos, para fundar su propia congregación (porque más que un partido, Morena tiene todos los visos de una secta religiosa). No se necesita ser clarividente para darse cuenta de que don Peje y don Cuau nada más no podían estar juntos en una misma pecera y que lo más sano es que cada uno se junte con su propio cardumen.
Me parece el timing político perfecto para este retorno de Cárdenas a los terrenos que le son naturales. Ahora que el PRD ha entendido que hacer política es también negociar con los contrincantes (que no enemigos) y que ha mostrado una cara mucho más moderada y conciliadora (parece increíble que este Jesús Zambrano casi seráfico sea el mismo que hace apenas unos meses parecía un perro rabioso), ahora que los del sol amarillo han comprendido que la confrontación les resta puntos y simpatías frente a la gran mayoría del electorado, el arribo de Cuauhtémoc no hace sino refrendar este cambio y darle un rumbo mucho más democrático y civilizado.
Que los fundamentalistas los acusarán de vendidos, oportunistas y traidores, eso ya se sabe. Pero no importa. Conocemos lo previsibles que suelen ser esos compas, quienes seguirán metidos en su castillo de la pureza per secula seculorum.
Que Cuauhtémoc Blanco regrese al América o no, la verdad, me tiene sin cuidado. Que Cuauhtémoc Cárdenas haya regresado a hacer poltica, me parece una estupenda noticia.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).
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