Hay películas que dejan un delicioso sabor de boca y esta es una de ellas. Trouble with the Curve (2012) es una cinta protagonizada por Clint Eastwood, con todas las características del cine de Eastwood, pero que no está dirigida por Clint Eastwood. El realizador en este caso es Robert Lorenz, mano derecha de Eastwood en muchos de sus más recientes filmes, por lo que podríamos considerar a esta Problemas con la curva casi casi como una obra eastwoodiana (de hecho, él aparece como productor asociado).
Titulada absurdamente por los distribuidores mexicanos como Curvas de la vida, estamos ante una historia sumamente amable, delicada, llena de sentido del humor (ese sentido del humor negro y mordiente de don Clint). El ambiente de los buscadores de talento de las grandes ligas de beisbol estadounidense, quienes pasan semanas enteras en los terrenos de las pequeñas ligas para tratar de encontrar a las futuras estrellas profesionales de ese deporte, se nos narra por medio de Gus, un scout viejo y a punto del retiro, a quien ya le falla la vista y se basa en su sentido del oído para detectar a esos talentos. Gus es interpretado precisa (y espléndidamente) por Eastwood y en el papel de su hija Mickey, una bella y joven abogada con quien lleva una relación difícil, está la hermosa Amy Adams.
No contaré las incidencias de la cinta, pero la recomiendo sin ambages. Es un trabajo exquisito, divertido, lleno de apuntes irónicos que si se es aficionado al beisbol, se disfruta doblemente. Si no, de todos modos se goza de esta historia, en la que también participan actores tan buenos como el gran John Goodman, el sorprendente Justin Timberlake y el impecable Robert Patrick.
Una grande y preciosa película.
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