Tatiana. |
Me dio un gusto enorme reencontrarme con ella. Nos vimos ayer en el metrobús "Chilpancingo" a las nueve de la noche (ella salía de su chamba como editora en la revista emeequis que se mudó hace algunos meses a la colonia Roma) y de ahí caminamos hasta la librería El Péndulo de la colonia Condesa, donde cenamos rico (yo me zampé unas "Enchiladas Carlos Monsiváis" -en serio, así se llaman). Platicamos durante un par de horas y la pasamos muy a gusto. Ella sigue igualita y me dio gusto que le esté yendo muy bien. Al salir, nos despedimos con un abrazo y cada quién se fue a su casa, con la promesa de reencontrarnos muy pronto. Un placer ver a la gran Tati.
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