sábado, 11 de mayo de 2013

¡En la madre con los maestros!

Ayer fue día de la madre, el próximo miércoles será día del maestro. En un pasado más o menos remoto, estos días eran fechas realmente festivas y en el entorno se sentía un ambiente celebratorio. Hoy las cosas son muy diferentes, cuando menos del lado de los mentores.
  Hago memoria para recordar a mis maestros de primaria, secundaria o preparatoria y a ninguno de ellos puedo imaginarlo en plan de combativo manifestante que ataca edificios, rompe vidrios, pinta muros con leyendas delirantes o agrede a policías. Pienso en el maestro Calderón (no: otro Calderón) de sexto de primaria, en el profesor de historia y civismo de primero de secundaria a quien apodábamos “Heródoto”, en la maestra Peña que nos daba inglés, en el de Matemáticas (“El Supermán”), en los profes de la Prepa 6… En fin, los visualizo y sólo puedo verlos frente a sus alumnos, ante un pizarrón y al lado de un escritorio, mientras daban sus clases (algunas estupendas, otras aburridísimas), pero no los concibo con el rostro enmascarado, la cabeza encapuchada, el puño crispado, el grito estentóreo y siempre alejados de las aulas.
  A lo mejor soy un romántico que aún cree en la sagrada misión de los educadores y no me he adaptado a estas épocas en las que la mira de algunos preceptores es la de crear militantes revolucionarios y no párvulos reaccionarios que, ¡horror!, prefieran estudiar cuestiones tan académicamente burguesas como español, química, física, biología, etcétera o de plano materias descaradamente imperialistas como computación (¡oh!) e inglés (damn yanquis!).
  Lo de hoy, parece ser, es adoctrinar a las masas en asignaturas tan urgentes como materialismo dialéctico, lucha de clases, métodos de resistencia, licenciatura en marchas y plantones y, eso sí, lenguas indígenas. Esa es la impresión que tengo yo. Pero no me hagan caso, igual soy un vergonzante servidor del Sistema que nos esclaviza.
  Por lo pronto, ya la CNTE anunció que se va a quedar en el Zócalo por tiempo indefinido (lo cual hizo que de repente me acordara de sus santas madrecitas… que ayer tuvieron su día).

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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