domingo, 12 de mayo de 2013

Un restaurante bastante hipster

Café Zena. Foto: María José Cortés.
A sugerencia de mi querida Marijose, fui a comer hoy con ella y Míriam Canales a un restaurancito que le habían recomendado a la primera. Se llama Café Zena y está en la colonia San Miguel Chapultepec. El concepto es muy raro, porque hay una sola mesa, larga, para todos los comensales (ver foto). Eso hace que uno se sienta un poco extraño; pero como no había mucha gente, pudimos mantener una relativa privacidad para platicar.
  Un chavo (con típico aspecto hipster) se acercó a explicarnos que todo se hacía con ingredientes orgánicos, etcétera. Nos dejó la carta del día, impresa en una hojita, y nos avisó que "la salchicha de guajolote" (whatever it is) se había acabado ya. El menú era escasísimo y carisísimo. ¿Una hamburguesa a 150 pesos? Pero ya estábamos ahí y pedimos (no diré lo que yo pedí a final de cuentas). De tomar, un mesero (también hipster) me trajo un jugo de toronja (25 pesos) en un vasito diminuto que no dio para toda la comida (en La Buena Tierra, su maravilloso jugo de toronja no sólo sabe a fruta fresca sino que por el mismo precio, lo sirven en una copa enorme y más que suficiente). Me negué a pedir postre y café.
  Para colmo, como música de fondo tenían algo tan alegre como Radiohead (¿así o más hipster?) y luego pusieron a Dead Can Dance... o sea.
  Es justo decir que, al parecer, los chavos que estaban atendiendo hoy el negocio no son los que lo atienden de lunes a sábado y que quizá podría dársele otra oportunidad al lugar, aunque no seré yo quien lo haga.
  Con todo, lo agradable fue convivir y platicar con Marijó y Míriam (quien dice que el mesero se vestía como Pete Doherty, sombrero incluido).
  Bueno, una mala experiencia gastronómica y nada más que pude resarcir en la noche, al prepararme un rico spaghetti con queso y tocino.

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