Joseph Gordon-Levitt es el actor que hace como quince años interpretaba a Tommy, el adolescente extraterrestre de la divertida serie 3rd Rock from the Sun. Después actuó en varias películas de todo tipo y no lo hizo mal, a decir verdad. Ahora debuta como director, a sus escasos treinta años de edad, con esta Don Jon, una película que sorprende por su frescura, su buen ritmo, su ingeniosa historia y su humor negro.
Tal como su nombre lo indica, Don Jon es la historia de un joven don Juan llamado Jon Martello (el propio Gordon-Levitt), quien es feliz mientras se liga a una mujer tras otra sin compromiso alguno, se va de fiesta con sus amigos, hace ejercicio en el gimnasio y ve pornografía por internet en la intimidad de su departamento (de hecho, el personaje prefiere la pornografía por sobre el sexo real que le resulta insatisfactorio y el cual práctica más bien como un deporte). Vive solo y nada indica que sea capaz de enamorarse, hasta que conoce a Barbara (Scarlett Johansson en plenitud) y todo cambia de manera radical. No sólo se enamora, sino que empieza a andar con ella y quiere que todo el mundo se dé cuenta de lo feliz que es con su noviecita.
Hasta aquí parece el cuento típico de cualquier comedia romántica hollywoodense, pero la vuelta de tuerca sucede cuando Barbara comienza a tornarse en una tipa manipuladora, controladora, vigilante de cada cosa que hace Jon (el director logra algo muy difícil: hacer que odiemos a la Johansson) y la relación se va haciendo cada vez más incómoda e insoportable. Entonces se da una nueva vuelta de tuerca, con la aparición de Esther (la grandiosa Julianne Moore), una mujer madura y mayor que él, no muy equilibrada que digamos de sus facultades emocionales, pero que hace ver al protagonista las cosas de otra manera.
No contaré el resto de la cinta para no ser acusado de spoiler, pero el filme vale la pena y el resultado es muy bueno en verdad.
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