De la directora francesa Agnés Varda sólo había visto, a principios de los setenta, una película muy bella llamada Le Bonheur (La felicidad). Pero su clásica, Cléo de 5 a 7, fue hasta ahora que pude verla, gracias al sitio Mubi. Filmada en 1962 y con todo el estilo de la nouvella vague de aquella época, la cinta es encantadora y nos cuenta dos horas en la vida de una cantante pop parisina (interpretada hermosamente por Corinne Marchand) que está a la espera de unos resultados médicos y teme que le digan que tiene cáncer. La narración es pausada y deliciosa, la fotografía en blanco y negro preciosa y el tono en general es amable y ligeramente irónico, a pesar de que el final tiene un toque de amargura.
Ver aquel París de principios de los sesenta, hace poco más de medio siglo ya, constituye un extra verdaderamente maravilloso. Una joya, ésta, la segunda obra cinematográfica de Varda.
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