El blues es una música que se ha expandido por todo el mundo, en especial desde que, a principios de la década de los sesenta de la pasada centuria, los jóvenes músicos ingleses lo adoptaron como una música propia y rindieron homenaje a sus creadores, para sacarlos del anonimato en que se encontraban dentro de su propio país.
A partir de entonces, surgieron exponentes del género por todo el planeta y desde Francia hasta Argentina y desde España hasta México el blues fue interpretado de muy singulares maneras, ya sea respetándolo de la manera más ortodoxa o dándole matices propios de los lugares donde se producía. Hoy hay blues en Rusia y en Mali, en Australia y en Cuba. No debería extrañarnos entonces que lo haya también en Líbano, ese conflictivo y martirizado país del Cercano Oriente del que más sabemos por las guerras y la violencia que ahí se han producido.
The Wanton Bishops es una agrupación libanesa de rock blues en su sentido más puro y más crudo. Fundada hace cuatro años en Beirut por Nader Mansour (voz principal, guitarra, armónica y teclados) y Eddie Ghossein (segunda voz, guitarra y banjo), desde un principio empezó a componer y tocar un blues estilo sureño, con un sonido que lo emparienta con gente como George Thorogood o The Blackwater Fever. De tocar en algunos cafés de Beirut, pronto su música empezó a difundirse hasta llegar a algunos países de Europa, donde empezaron a ser un grupo de culto.
Sleep with the Lights On (2015) es su primer álbum y se trata de una sensacional descarga de adrenalina, con un espíritu grasoso que, sin embargo, muy en el interior deja ver algo de la circunstancia de haber surgido en un país como Líbano.
The Wanton Bishops no canta en árabe libanés, lo hace en inglés y eso tal vez le robe cierta identidad (como pasa con los grupos mexicanos que hacen lo mismo). Lo salva el amor por el blues rock original y su manera de interpretarlo, con un sentimiento casi negro. Ello, aparte de su extraordinaria calidad musical, principal argumento para recomendar su disco debut. Es el suyo un estilo con olor a madera de cedro.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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