martes, 17 de noviembre de 2015

¿Qué es un músico frustrado?

Quienes ejercemos la crítica hemos escuchado infinidad de veces la famosa sentencia acusatoria que reza: “Criticas porque eres un artista frustrado”. Como si el ejercicio crítico fuese motivado por el deseo de venganza y no por el afán de analizar las obras de los creadores artísticos… y no tan artísticos.
  Acusar a un crítico de cine de ser un cineasta frustrado o a un crítico de literatura de ser un escritor frustrado se ha convertido en cliché, pero un cliché empleado por muchísima gente, ya sea los fanáticos del criticado en cuestión o éste mismo.
  El terreno de la crítica musical, por supuesto, no se salva de ello. En los veintitantos años que llevo de ejercer profesionalmente la crítica de rock (mis primeros textos al respecto se publicaron en la sección cultural de El Financiero en 1991), el epíteto de músico frustrado me lo han endilgado en muchísimas ocasiones. No es que me moleste, en absoluto; sin embargo, me causa curiosidad saber lo que significa.
  Según entiendo, se trataría de alguien que quiso hacer música y al no ser capaz de crearla o de interpretarla, se frustró tanto que se llenó de rencor contra quienes sí la pueden crear o interpretar y por eso los crítica.
  Aparte de que me parece un argumento simplista y bastante idiota, me pregunto: ¿y qué pasa con quienes ejercen la crítica musical y al mismo tiempo tocan un instrumento o componen canciones? Si hacen música –buena o mala, para el caso da lo mismo–-, ya no son músicos frustrados, ¿o sí?
  Tal vez algunos se refieran a que eres un músico frustrado cuando tus creaciones muy pocos (o nadie) las conocen. En ese caso serías un “famoso frustrado”, pero seguirías siendo músico.
  El problema de fondo es la incapacidad para comprender y sobre todo para soportar la crítica. Solemos tener la piel muy delgadita y por eso, en cuanto se nos cuestiona algo “negativo”, reaccionamos con ira… y con otra frase igual de idiota: “Yo acepto la crítica, siempre y cuando sea constructiva”.
  Pero como me dijo una vez el gran Nikito Nipongo: “La critica tiene que ser destructiva o no es".

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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